Por Gustavo Kuffner

Especial para Diario de Cuyo desde Rusia


No soy de los que creen que el campeón del mundo sea el mejor de toda la temporada, con lo cual entiendo que la continuidad en la competencia asegura la posibilidad de seguir peleando y no es lo mismo quedarse afuera en la primera rueda o en octavos de final, o en otra instancia aún superior.


La victoria de Nigeria sobre Islandia fue la mejor en lo que va de esta Copa del Mundo. En lo estrictamente futbolístico, debe mejorar casi todo lo poco que hizo hasta el momento en el torneo. Sino lo hiciera todo esta ilusión que se generó con la victoria de Nigeria no tendrá ningún tipo de argumento.


El Mundial es primero un sorteo que te empareja con otras tres selecciones en el grupo: no es lo mismo el grupo de Argentina, con el de Brasil o el de Polonia. Después, es sólo un partido desde los octavos de final, y todo se empareja y puede ser real. Por ejemplo, de 20 partidos entre España y Argentina, puede que los españoles se impongan en 16 o 17, y Argentina sólo gane en uno, que justamente puede llegar a ser en un Mundial.


En deuda desde lo futbolístico por lo hecho en los dos primeros encuentros, Argentina se encuentra igualmente con la posibilidad de meterse entre las mejores 16 selecciones de la competencia. Lo mejor que han dejado hasta aquí son los números, y por ellos Argentina aún sigue con vida.


Seguramente el mejor equipo de los últimos años, sería campeón en un torneo de partidos de ida y vuelta, todos contra todos. Pero un Mundial es algo bien diferente a todo y ahí su importancia.


Ahora, tras el 2-0 de los africanos sobre Islandia, se abrió un nuevo camino pensando que la Argentina pueda meterse en los octavos de final.