Tecnología. Un equipo de personas trabaja constantemente en las motos, hasta el último momento antes de largar.


Los equipos que integran el Campeonato Mundial de Superbike dejaron ayer San Juan para partir directamente hacia a Qatar, donde se disputará la última fecha dentro de dos semanas. Y si bien para ese ambiente ir de país en país es absolutamente normal, el hecho de que el SBK haya unido el autódromo de Magny-Cours, Francia, con El Villicum y de Albardón ahora las motos vayan a la península arábiga es una muestra elocuente de la inserción de San Juan en el mapa del motociclismo mundial.

Y esto fue posible por el autódromo que fue inaugurado el fin de semana pasado.

Por su parte, el paso de las escuderías de SBK y de Super Sports dejó exteriorizada la forma de trabajo que tienen y de cómo el WSBK se mueve durante el calendario, que empezó en febrero y concluirá el 27 de octubre en el Circuito Internacional Losail, de Doha.

En general, los equipos están conformados por un manager, un jefe de mecánicos, un ingeniero, dos o tres mecánicos y un gomista (no sólo se encarga de reemplazar neumáticos sino también del balanceo). Cuando son viajes muy largos, de atravesar océanos en pocas semanas, deben llevar todo lo necesario tratando de no exceder los 1.500 kilos, que es hasta lo que paga la categoría. Así, además de las motos, llevan cuatro juegos de suspensiones (delanteras y traseras), tres motores, seis ruedas, 4-5 carenados, 3 juegos de botas, 3 monos y 3 cascos, entre otros.

En San Juan, todos los elementos fueron guardados en cajas especiales y enviadas en camión al aeropuerto de Tucumán, que tiene unos dispositivos ideales para carga y descarga de las motos y sus partes. Y desde allí, partirán en las próximas horas hacia Doha.

En tanto, el Superbike volverá al Villicum en 2019, en fecha a definir pues aún no está conformado el calendario; mientras que todavía quedará una carrera más en 2020 pues el contrato que une a la categoría con San Juan se extiende por tres años.