El seleccionado argentino de rugby, Los Pumas, aprobó largamente su primera experiencia en el torneo Championship, que finalizó el sábado con una derrota ante Australia en Rosario, y el balance es positivo tanto en el aspecto deportivo como en lo institucional.
El Championship fue una prueba de fuego para el rugby argentino, y a pesar de que Los Pumas sufrieron cinco derrotas y lograron un empate frente a Sudáfrica, evidenciaron un nivel de juego que superó ampliamente las expectativas previas y se paró de igual a igual contra las superpotencias del hemisferio Sur.
Los mejores momentos de Los Pumas fueron en la ciudad de Gold Coast, en la que se les escapó el triunfo frente a Australia; y en la igualdad 16-16 con Sudáfrica en Mendoza.
El rugby argentino demostró con creces estar en condiciones de poder participar en una competencia anual, y los jugadores y dirigentes demostraron la madurez profesional necesaria para ganarse el respeto de sus rivales.
La presencia del exentrenador del seleccionado de Nueva Zelanda, Graham Henry, quien colaboró con el cuerpo técnico de Los Pumas durante siete semanas, sirvió para lograr nuevas estrategias en el juego ofensivo y defensivo.
Los Pumas no tuvieron la posibilidad de conseguir la hazaña de algún triunfo: le jugaron en contra, en ese sentido, el cansancio y la falta de experiencia a la hora de definir.
En la etapa final de la competencia, decayó el nivel de juego de Los Pumas, que comenzaron a sentir el agotamiento físico y mental que exige esta clase de competencia.
El encuentro frente a los All Blacks en La Plata, mostró la peor producción de Los Pumas, que dio por tierra la ilusión de vencer a los campeones del mundo, que en una alta producción marcaron siete tries para lograr un categórico 54-15 y consagrarse campeones.
Finalmente, antenoche, Argentina desperdició la última oportunidad de conseguir un triunfo: fue derrota frente a Australia por 25-19. Más allá del desencanto de no haber logrado ningún triunfo, el rugby argentino sentó como precedente la excelente organización de la UAR, a la altura de las circunstancias que son necesarias para acoger a las grandes potencias.
Por Alejandro Monclá
– Agencia Télam
