El Circuito San Juan Villicum tuvo su primera carrera de autos y fue nada menos que con el TC, una categoría tan popular como especial por todo lo que tiene fuera de las pistas, como sus internas. Y quedó en evidencia que el autódromo sanjuanino está sobrado para una categoría nacional como el Turismo Carretera, pero que el dibujo no favoreció del todo al espectáculo por sus autos tan pesados y grandes. La degradación del asfalto que obligó a parches y la colocación de cal para fraguar sectores también le jugaron en contra, además de que al ser un circuito flamante no tiene el engomado que lo genera el rodamiento propio de los neumáticos, que por supuesto permite otro tipo de maniobras en competencia y especialmente la posibilidad de sobrepaso.

Así, pese a que la mayoría de los pilotos elogiaron el diseño que obliga a un manejo técnico (es decir, a tener muñeca), el promedio de vuelta en carrera fue de los más bajos del calendario (134 km/h), a la vez que los sectores de curvas enlazadas en las partes lentas no le sentaron bien a autos que doblan mejor a alta velocidad.

La próxima categoría nacional en correr en El Villicum será el TN, en abril de 2019.

Sacando las críticas que deben entenderse con intencionalidad manifiesta (quienes se mueven en el ambiente del TC sabían de antemano que iban a surgir por el encono entre la ACTC y la empresa de Orly Terranova, quien se hizo cargo del rediseño del autódromo que originalmente se había gestado de la mano del TC), las opiniones constructivas de pilotos y especialistas neutrales generaron los primeros esbozos de modificación del trazado, que buscarán mejorar las carreras de este tipo de autos.

Así, durante el fin de semana empezaron a surgir algunas alternativas, que en los próximos días analizarán las autoridades de Gobierno y los constructores y diseñadores, como el arquitecto especializado en autódromos, Leonardo Stella. La que más chance de concreción tiene es que la curva 12 termine en recta (y así dejar la Curva de los Patos -13- sólo para el motociclismo), para evitar ese sector que los TC hicieron tan lento (ver infografía). Otra chance es hacer una especie de curvón antes de la 10, para que la frenada no sean tan brusca; mientras que con menos chances figura modificar la cerrada curva 1. Esto último genera dudas porque esa curva al final de la recta principal puede llegar a ser ideal para el sobrepaso en el Turismo Nacional (precisamente, los especialistas entienden que los autos de tracción delantera deberían adaptarse mucho mejor al actual dibujo).

En tanto, las salidas de las curvas 5, 7 y 16 aún no tienen los sobrepianos (que van a perjudicar a los pilotos que decidan usar la extensión de la pista para evitar que otro piloto los adelante), lo que también va a favorecer la posibilidad de sobrepasos. Estos sobrepianos no alcanzaron a colocarse para esta carrera, pero sí estarán para el año que viene. Los cambios que analizan no implica eliminar lo que ya está hecho, sino que serán nuevas configuraciones para usar de acuerdo a si se trata de una competencia de motos o autos.

El Villicum aún tiene mucho por mostrar y crecer.



Por qué la cal en el asfalto

La degradación del asfalto que sufrió la pista desde el viernes (en realidad se desprendió la capa del polímero que coronó las tres capas asfálticas que componen el trazado albardonero) obligó a trabajarla cada día, por lo que apenas terminaban de girar los autos se ponía manos a la obra. Así, además de la constante limpieza con sopladores y cepillos, entre las acciones realizadas estuvo la colocación de cal en varios sectores. Por eso es que se observaron manchones blancos en algunas curvas (como al final de la recta larga, foto). La cal actúa químicamente al contacto con el asfalto y fragua inmediatamente, tapando los desprendimientos que generaba el paso de los autos. Esto le quitó agarre a la pista, de ahí que ayer la primera serie fue 4 segundos más lenta que en clasificación. Luego fue mejorando para la final.