Juan Maggi es un ejemplo de vida. No puede catalogarse de otra forma. Porque le tocó el camino empinado, el más difícil quizá, pero tiene la grandeza de hacer que esas cosas se vean fáciles. Es que con su discapacidad motriz en las piernas, a los 49 no se le achicó al ‘Le Tour’ y ayer estuvo en Mendoza en la línea de largada, junto a los demás corredores.

El cordobés nació como un pibe normal, pero al año de vida tuvo una parálisis infantil que le generó una discapacidad en las piernas. Es por eso que con una bicicleta especial, en la que hace el desgaste con los brazos, este hombre ejemplar le hizo frente a la carrera. Juan fue el representante argentino en los juegos Paralímpicos de Invierno en 2010 en Vancouver, Canadá.
Maggi estuvo a acompañado por su padre, de mismo nombre. ‘Me emociono cuando veo esto, porque es mi hijo. Yo lo puedo acompañar. Siempre es tan activo que nos hace olvidar que tiene esa discapacidad’, dijo con la voz quebrantada el papá.

ANTONIO, UN GRANDE
Antonio Segura tiene 73 años y para él ir a correr fue ‘un orgullo y una emoción muy grande verse entre tanta gente menor corriendo. Me siento joven, me siento bien’, dijo el sanjuanino.