Así es el fútbol, jugar mejor no garantiza ganar y eso le pasó a Colón Junior, que hizo el desgaste. Salió a jugarle de igual a igual a Trinidad, pero no supo terminar las jugadas, le faltó definición, algo que viene sufriendo. Trinidad, inseguro con la pelota, aprovechó el momento y convirtió, suficiente. Luego del segundo gol hizo y deshizo el partido a su antojo. Jugó con los nervios de su rival y así ganó 2-0. Trinidad hace 4 fechas que no conoce la derrota, el Merengue llevaba tres sin perder.
Desde el inicio Colón presionó en todos los sectores y lo puso en aprietos a Trinidad, no lo dejó pensar y hasta lo puso incómodo haciendole sentir esa presión. Es por eso que el León perdió pelotas infantiles, que le podrían haber costado la vida, pero el Merengue no supo resolver esos avances. Y los goles se hacen, no se merecen. Frase que Trinidad entendió, porque en la primera llegada clara marcó. Costa envió un centro, Fernández quiso parar la pelota para rechazarla, pero la misma le jugó una mala pasada y tomó destino de red. Gol de Trinidad. Injusto, pero real.
En el complemento Colón siguió siendo fiel a su juego áspero en el medio, pero comenzó a sentir el cansancio. El León salió con otra mentalidad, más prolijo para jugar y una vez más aprovechó el momento y cerró el partido. Oscar Rodríguez picó habilitado en una contra, recibió un centro de Tejada y con un derechazo de primera liquidó la cosa, 2-0. Colón no se entregó, pero la propia desesperación lo hizo equivocarse, a perder confianza. Entonces Trinidad comenzó a manejar el partido a su antojo, hizo circular la pelota con toques de primera y hasta pudo hacer más goles, terminó luciéndose.

