Fueron protagonistas y sufrieron los peores momentos deportivos e institucionales de Sportivo Desamparados. A los dos, un dúo que sintonizó el mismo amor por el club y por el bloquismo, les tocó llorar amargamente con el descenso a la Primera B local de ese inolvidable 1997. Lo sufrieron pero Domingo Arnaez y Raúl Sánchez nunca bajaron los brazos. Los dos junto a un equipo de muy poca gente per de una incondicionalidad enorme, decidieron poner de pie otra vez a su querido Desamparados. Y empezaron desde abajo. Aguantando los dos años en la B hasta volver a la A de la Liga Sanjuanina y luego, proyectando el gran salto para insertarse otra vez en la cartelera nacional. Les costó pero cuando afrontaron el desafío de jugar el Argentino B del 2004 muchos no creyeron en su idea y para ambos fue un deambular por oficinas y empresas buscando recursos para afrontar un campeonato demandante desde lo económico y desde lo deportivo. Ellos, como nadie, disfrutaron de ese logro porque sabían que era poner de pie a su querido Desamparados.