La gente no se equivoca y expresa lo que siente. Por eso es innegable que San Martín jugó mal ayer ante Merlo. Porque el coro de silbidos -que incluyeron algunos insultos, por parte de los más enojados- se convirtieron en el telón que cerró la tarde en el Pueblo Viejo. Pero desde antes -ya en el primer tiempo- los cantos pidiendo mayor entrega empezaron a sentirse fuerte. Si a eso se le agrega que el de ayer fue el partido con menos público en lo que va de la temporada, se entiende porqué los hinchas verdinegros están disconformes con la actuación del equipo.

"Jugadores, a ver si entendemos, nosotros los alentamos, ustedes pongan huevos..." Se empezó a sentir fuerte a los 33\' del primer tiempo, cuando el árbitro Echenique mandó a los jugadores a que se refrescaran. Dentro del campo de juego, los jugadores sólo miraron de reojos. La bronca se intensificó cuando el equipo se retiraba tras el final de esa primera etapa. Varios hinchas increparon a Grabinski y éste retó a uno, como citándolo para después del partido, reaccionando ante los insultos.

Después, la bronca grande se dio con el tiempo cumplido, cuando de la popular Norte se escuchó fuerte: "¡Y pongan huevo, la p... que los p...!" Y los silbidos en la despedida. Es indudable que la gente perdió totalmente la paciencia.