Perú, el último de las eliminatorias pasadas, fue más que Uruguay, el mejor sudamericano en el último mundial de Sudáfrica en el que finalizó cuarto. Es que la selección incaica, que llegó a esta Copa América con 9 amistosos de preparación, de los que solo había perdido uno, le hizo frente a los Charrúas, el candidato a quedarse con el grupo que anoche se estrenó en San Juan, y estuvo cerca de quedarse con un triunfo en la última jugada del partido. Igual, el empate dejó mejor sabor en los peruanos que para los uruguayos.
La mano de Sergio Markarian se notó en Perú. Le dio solidez y le anuló el juego a Uruguay. Su llegada a la dirección técnico evidenció variantes. Le cambió la cabeza al fútbol peruano con orden defensivo. Armó un equipo equilibrado, y lo mejor, respetó el libreto de diseñarlo de atrás hacia adelante.
Por ello las individualidades uruguayas fueron menos que el juego grupal y sólido peruano. Sin figuras, pero aprovechando los errores de los del Río de La Plata, empezó dando la sorpresa y contra todos los pronósticos previos, pasó al frente a los 23 minutos con el gol de Paolo Guerrero.
Atrás quedó esa casaca con la banda roja cruzada. Anoche el rojo dominó en su camiseta y pese a ser señalados como los más débiles, fueron apoyados por los hinchas chilenos que eran amplia mayoría en las gradas del Estadio del Bicentenario mientras esperaban el compromiso de su Selección.
La desesperación ‘charrúa‘ fue sinónimo de la sorpresa, que los orientados por Sergio Markarían empezaron dando en el periodo inicial. Aquel equipo Uruguayo que deslumbró en el último mundial para ser la revelación, terminar cuarto, y consagrar a Diego Forlán como la figura, anoche estuvo lejos de repetir lo de Sudáfrica.
Perú, con el orden táctico y desequilibrio de sus volantes creativos, marcó una tendencia en esta edición de la Copa América, esa que ya sufrieron Argentina y Brasil, la de no poder imponer su juego y buscar ganar les costó tanto que no pudieron inclinar la balanza.
Raúl Fernández, el arquero incaico, sus tres volantes y cinco defensores, mantuvieron la pelota lejos. La chapa Celeste sólo alcanzó para que en tiempo de descuento Luis Suárez igualara.
Con esa urgencia abrió la cancha, no obstante Perú de contra -en las pocas que tuvo- fue profundo. Practicidad por sobre experiencia. La que pudo ser sentencia, pero Paolo Guerrero se perdió el triunfo con una “palomita” a los 44’ del periodo final. Fue empate, con sabor a triunfo para Perú, que demostró que en esta Copa no hay diferencias y que los de atrás pueden ante los de arriba.