El domingo pasado, Luciana Molina festejaba con Universidad el título de la zona B de la Liga Nacional de hockey césped. La capitana del equipo también se llevó el extra de haber sido la goleadora del torneo. Hoy está en Río Gallegos con la selección sanjuanina de hockey pista en el Argentino de selecciones. A full, como le gusta llevar su vida.
-¿Pasaste por San Juan o te fuiste directamente a Río Gallegos?
-Fui a San Juan el lunes, que era mi cumpleaños, y el miércoles, después de arreglar cosas del trabajo, me vine a Río Gallegos. Viajé en avión para poder llegar.
-¿Tu familia te acompaña?
-Mi marido, Hernán Noguera, y mi hijo, Faustino, me acompañaron a Córdoba pero acá no, es muy lejos. La verdad es que esto es una locura pero ya me había comprometido. Al menos me evité el viaje en colectivo de dos días que hicieron las chicas.
-Y en el trabajo no hay problemas.
-Tengo un comercio y se encarga mi marido y unos chicos de confianza.
-O sea que podés seguir con tus giras de jugadora.
-Sin el aguante de mi marido y de mi hijo, no podría hacer esto. Trato de que me acompañen, como a Córdoba. Y si no, los mañoseo después cuando regreso. El año que viene es el último como hockista y después me retiro para dedicarme más a mi familia porque me lleva mucho tiempo y laburo el hockey.
-Te está dando alegrías también.
-Hasta ahora todo está saliendo ok. Mi marido me conoció así y me banca a muerte. Creo que es mi fan numero uno en realidad. Mi hijo ya me dice "¿Otra vez hockey mamá?". Por ahí el problema es que está por cumplir cuatro años y siente que lo torturan mis compañeras con tantos besos y ya no quiere saber nada.
-¿Sos en la cancha como en el resto de tu vida?
-Sí, soy medio hiperkinética. Todo lo tengo que hacer al cien por cien. Mi estilo de vida es así. Todo lo que hago me gusta y le pongo mucho énfasis a todo.
-¿Con qué te cuesta ponerte las pilas?
-En levantarme temprano. Mi problema es arrancar, me cuesta, soy vaga para levantarme. Después sí, no paro en todo el día.
-¿Cuál es la pausa favorita?
-Estar en mi casa con mi marido y mi hijo. Haciendo cosas de la casa o los tres viendo una película. Tirados en un sillón gigante que tenemos. Por ahí, tomando una cervecita negra, es el único vicio que tengo.
-¿Cómo surge esa debilidad?
-Siempre me gustó. Cuando iba de vacaciones de Chile, traía de una marca que me gusta. No es que tome todo el tiempo. Pero es seguro que tengo alguna enfriándose en la heladera. Los hombres toman el fernecito digestivo. Bueno, yo tomo la cervecita relajante.
-Cambiando de tema ¿es verdad que te embadurnás en manteca de cacao antes de cada partido?
-Me pongo todos los protectores habidos y por haber, pero mi cábala es la manteca de cacao. A morir, antes de entrar, en el entretiempo. En realidad ando todo el día con manteca de cacao.
-Otro dato es que sos asesora de imagen del plantel.
-Antes de entrar a un partido o a un entrenamiento, las reviso a todas, hasta las trabas de colores. Cuando no hay racha de resultados, yo les digo: "No sé si ganaremos pero al glamour no hay que perderlo nunca". Y también soy así afuera de los partidos. Por ahí se juntan en mi casa para hacer la previa de una salida y las reviso. Y cuando hay que decirle a alguna que no está bien lo que lleva, se lo digo.
