Brasilia, 27 de julio.- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sancionó hoy una ley que endurece las penas para los casos de violencia desatados por hinchas de fútbol y hasta sanciona los insultos de espectadores a árbitros, jugadores o técnicos.
‘El objetivo es crear un ambiente más pacífico en los estadios‘, declaró el ministro de Deporte, Orlando Silva, durante la ceremonia en que Lula estampó su firma en la nueva ley, que fue aprobada hace dos semanas por el Congreso.
Las nuevas normas prevén multas para quienes entonen ‘cánticos ofensivos‘, insulten ‘a jugadores, árbitros o entrenadores‘ o exhiban en los estadios ‘pancartas con ofensas‘.
Además endurecen las penas ya existentes contra los fanáticos que promuevan desórdenes en los estadios o calles aledañas, estaciones de tren o paradas de autobuses, los cuales podrán ser castigados hasta con cuatro años de prisión.
También serán sancionados los revendedores de entradas, que en el fútbol brasileño pululan en todas las categorías.
Según las nuevas normas, los estadios con capacidad para más de 10.000 personas deberán estar dotados con sistemas de cámaras de seguridad dirigidos hacia las tribunas y capaces de ayudar a la identificación de los hinchas violentos e incluso de aquellos que insulten a jugadores, árbitros o técnicos.
También establecen que hinchadas organizadas de clubes deberán poner a disposición de las autoridades un registro de sus miembros, con fotos, direcciones y otros datos que puedan ayudar en eventuales investigaciones.
Las hinchadas serán, además, corresponsables de los desmanes que puedan cometer sus integrantes y deberán asumir los costes de los destrozos causados en los estadios o sus alrededores,
