Gritó el gol como el hincha más caracterizado. Vivió el partido como si fuese el entrenador que se está jugando el campeonato. Dio indicaciones desde un palco privilegiado como si estuviese al lado de la línea de cal. Diego Maradona todo lo vive a mil por hora. Y no podía ser de otra manera en su visita a la cancha de Deportivo Riestra, en el límite entre Villa Soldati y el Bajo Flores, para presenciar la agónica victoria del local (equipo que gerencia su amigo Víctor Stinfale) por 1 a 0 ante Comunicaciones.
Aún de vacaciones en la Argentina (es el presidente del Dinamo Brest de Bielorrusia, aunque solamente fue presentado en ese club después del Mundial), Maradona fue testigo del debut del equipo de Riestra en el inicio del campeonato de la Primera B Metropolitana. Llegó en una camioneta negra ploteada con la marca Speed que también es de Stinfale, quien le puso dos custodios y lo hizo ingresar por la parte de atrás del estadio para que no se cruzara con los periodistas que lo aguardaban. Había algunas cámaras de programas deportivos, pero la mayoría eran de los programas de chimentos. “Estoy ansioso de ver a Riestra, de volver a ver en vivo el fútbol argentino. Sin el Ascenso, el fútbol grande no existiría”, declaró ante TyC Sports.
Cuándo se irá Maradona a Bielorrusia es toda una incógnita. Su abogado y amigo Matías Morla volverá el viernes de un viaje a Miami y ahí definirán la partida.