Es una lástima que la gloria a Sergio "Maravilla" Martínez (45-2-2, 24 KO) le haya llegado cuando tiene 35 años. Es que en la madrugada de ayer, el púgil nacido en Quilmes, que hace ocho años se fue del país a ganarse el pan a Europa -con base en España- para de allí saltar a Estados Unidos, donde logró, con su estilo vistoso y agresivo, ganarse un espacio entre los mejores libra por libra, coronándose como nuevo monarca de peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo y de la Organización Mundial de Boxeo.

El bonaerense, actual campeón mundial superwelter del CMB, fue -casi- obligado a pelear con el campeón mediano Kelli Pavlik (36-2-0, 32 KO), porque en la entidad con sede en México, quieren sacarlo del medio para que Julio César Chavez Jr. pueda tener alguna chance de ganar la corona superwelter.

Y, en Atlantic City, con todo un estadio en contra, Martínez sacó a relucir su repertorio técnico, que terminó por apabullar al confundido ex campeón. Pavlik, apodado fantasma, fue un juguete para el maravilloso púgil argentino que le pegó como y cuando quiso. Que le rompió la cara (tenía cortes en los dos arcos superciliares). Y que lo dejó en ridículo con su traslación permanente y visteo.

La pelea se celebró en el Boardwalk Hall de Atlantic City, Nueva Jersey, y las tarjetas favorecieron a Martínez por 116-111, 115-112 y 115-111

Ahora, Martínez tiene 15 días para decidir con cual corona del CMB se queda. José Sulaiman (presidente) y compañía ruegan que decida quedarse entre los medianos.