Manu Ginóbili a sus 35 años sigue dando que hablar junto a sus compañeros, también ‘viejitos’, de los San Antonio Spurs. Anoche, abriendo la serie final de la NBA, dieron el golpe al vencer como visitantes 92-88 a los actuales campeones, los Miami Heat de LeBron James y compañía, para de esta forma quitarle la ventaja de localía al mejor equipo de la fase regular. El oficio, la concentración y la defensa resultaron los puntos claves para un triunfo de los conducidos por Greg Popovich que siguieron con la costumbre de nunca perder el primer partido de una final de NBA. La gran figura en el America Airlines Arena resultó el base francés de San Antonio, Tony Parker, quien además de guiar la ofensiva en momentos complicados, convirtió el doble clave cuando faltaban menos de diez segundos para el final.
Manu entró en acción por primera vez a los 5’ del primer cuarto. Desde su ingreso se lo notó, fundamentalmente, en un rol más bien de base que de tirador al ardo. Generó espacios en la defensa de Miami y con sus asistencias mostró grietas en el rival. Claro que a la hora de ir contra el aro no lo dudó y por eso promediando el segundo cuarto se topó con un manotazo en la cara de Norris Cole que bien pudo ser falta antideportiva.
Al ingresar al último cuarto, el argentino era el cuarto jugador con más minutos en cancha (22) pese a haber comenzado, como es habitual en esta postemporada, desde el banco de relevos.
A falta de dos minutos para el cierre, con su equipo arriba 88-83, Ginóbili falló un triple cuando estaba casi sin marca. Fue Parker el que se encargó de liquidar la historia con un doble excepcional superando el reloj de posesión de 24’ e incluso utilizando el tablero. La planilla final de Ginóbili marcó que disputó 29 minutos, aportó 13 puntos (4-11 en tiros de campo), dio 3 asistencias y cometió dos faltas personales. Sin dudas, la figura resultó Parker con 21 puntos (9-18 de cancha) y 6 asistencias, en los 40 minutos que jugó. En los locales, James fue el goleador con 18 puntos, seguido de cerca por Wade con 17.
Sin dudas resultó el mejor comienzo para San Antonio, que tal cual reconoció el propio Ginóbili sobre esta serie “no somos los favoritos, pero tenemos con qué derrotarlos”. Anoche quedó claro cuáles son los argumentos y el mejor basquetbolista argentino de la historia se encamina a su cuarto anillo de NBA, luego de los conseguidos en el 2003, 2005 y 2007.