Sin respuestas. Era de River, era fiesta Millonaria y Flamengo lo dio vuelta cuando nadie lo esperaba. El gesto de Armani lo dice todo. Un golpe al corazón.

River lo tenía. Era suyo... Lo había maniatado al poderoso Flamengo por más de 80 minutos. La quinta Libertadores era Millonaria pero en el fútbol, todo es posible. Y en Lima, una vez más quedó ratificado porque no ganó el que hizo mejor las cosas, ganó el que aprovechó su momento y para males de River, esos tres minutos decisivos lo condenaron. Flamengo, que no había sido Flamengo, terminó sentenciando todo sin merecerlo. Aún sufriendo la injusticia de un penal que el VAR no vio en De la Cruz, el equipo brasileño no había podido equilibrar el enorme partido de River. Es más, le había hecho precio. Pero el fútbol es fútbol y suele entregar esas cosas. Esos desenlaces que se recordarán por mucho tiempo. Para el dolor Millonario, para el delirio brasileño.

Fue fútbol y River Plate lo tuvo en control por más de 80 minutos. Inteligente, práctico. Concentrado en todas sus líneas y con pilares como Pinola en el fondo, Palacios y Pérez en el medio más Suárez y Borré arriba. Esperó 10 minutos, los iniciales, para leer el partido de Flamengo y lo fue a buscar. Lo controló, lo maniató y en la primera llegada a fondo, lo lastimó. Ideal comienzo de River, que después justificó todo. Flamengo se quedó sin ideas, se perdió en la inconsistencia y en la impotencia de un rival superado por River en todas sus líneas. Ese primer tiempo fue sensacional en el equipo de Gallardo pero sostener eso, tendría consecuencias físicas en el complemento. Le faltó si, terminar de rematarlo. Lo dejó con vida al Flamengo y se lamentaría.

Parecía que Flamengo tendría que salir al todo o nada. Pero volvió sin ideas al complemento. River se lo leyó, le repitió el planteo pero ya no habían piernas para sostenerlo. Casco se sintió, Nacho Fernández se fundió y Gallardo eligió cambios sin la fortuna de otras finales. No respondió Julian Alvarez, menos áun Pratto y solo Paulo Díaz pudo acomodarse. Se despertó Flamengo, creció al ritmo del talento de Diego y empezó a llegarle. River ya no era el mismo pero el tiempo lo respaldaba. El reloj era aliado y parecía que se lo llevaba. Era suya la quinta Copa. Estaba a 120 segundos pero en el fútbol, todo es posible. Se equivocó Pratto, hizo la que no sabe y Flamengo no lo perdonó. Empate. Desazón. Un golpe de nocaut para River que se nubló. Se desconcentró y lo pagó con la derrota. Justo, la ironía quiso que Pinola se equivocara y terminara siendo asistencia para Gabigol y condena para River que por esas cosas del fútbol, se quedó sin nada habiendo merecido todo. Es fútbol. Simplemente este maravilloso juego que no sabe de justicia ni de merecimientos. Le tocó a Flamengo y lo disfruta. River, solo puede reclamarse esa distracción final. No hubo quinta Libertadores. Esta vez y con toda y absoluta seguridad se podrá decir que no ganó el mejor. Ganó el que supo aprovechar ese momento único: el de la gloria. El que no se puede dejar pasar.

Duelo. Javier Pinola contra Gabigol. Un mano a mano que terminó ganando el goleador en los últimos tres minutos de partido y que sentenció la Libertadores.

Para River, la primera revancha será la Copa Argentina, con final en Mendoza.

Uno por uno

RIVER

Franco Armani 6: Nada que hacer en los goles, seguro y acertado en el juego aéreo.

Gonzalo Montiel 6: Cerró bien su lateral, fue salida clara y aportó en el desdoble ofensivo.

Lucas Martínez Quarta 6: Sólido en su función de líbero, tapó, cortó y salió con jerarquía.

Javier Pinola 6: Falló sólo en la jugada del último gol, había controlado bien a Gabriel Barbosa.

Milton Casco 5: Alternó aciertos con errores, por momentos se apuró y perdió efectividad.

Ignacio Fernández 5: No tuvo el peso en el juego que suele aportar. Rendimiento opaco.

Enzo Pérez 8: Fue el único que mantuvo un alto nivel. Quitó, relevó juegó e hizo jugar con claridad.

Exequiel Palacios 6: Completó un partido aceptable, con su panorama simplificó siempre el armado.

Nicolás de la Cruz 6: Su atrevimiento y movilidad complicó a los defensores del Flamengo.

Matías Suárez 6: Incisivo y encarador, generó varias opciones ofensivas de River.

Rafael Santos Borré 7: Hizo el gol y fue importante en la tarea de recuperación en campo rival.

Suplentes: J. Álvarez 4: Sin solidez ni respaldo; L. Pratto 4: le dio vida a Flamengo con un error suyo.

FLAMENGO

Diego Alves 6: Sin opción en el gol, sus otras acciones fueron sólidas y efectivas.

Rafinha 6: Un tiempo mal y otro bien. Fue el más firme de los defensores brasileños.

Rodrigo Caio 4: Poco y nada, lento irresoluto e ingenuo en algunas de sus intervenciones.

Pablo Marí 4: Le costó tomar a Borre y fue el menos seguro en las salidas desde el fondo.

Filipe Luís 5: Su oficio le permitió capear el aluvión. Con la pelota estuvo acertado.

Gerson 4: No encontró nunca la pelota, abusó de la falta sobre Palacio o Pérez.

William Arao 4: Corrió mucho y jugó poco porque River lo superó en el medio campo.

Everton Ribeiro 6: Mostró rebeldía para salir de la medianía trató siempre de hacer jugar al equipo.

De Arrascaeta 5: Tuvo más errores que aciertos, por momentos muy livianito. Incidió poco.

Bruno Henrique 7: Fue el más incisivo de todos. Peleó muy solo.

Gabriel Barbosa 9: Anulado 88 minutos por Pinola, apareció dos veces y le dio el título a Flamengo.

Suplentes: Diego 7: Aportó su inmensa calidad; V. Vinicius y R. Piris Da Motta, sin calificación.