Dicen que nadie es profeta en su tierra. Que nadie tiene el reconocimiento que se merece entre su propio público, pero para Emmanuel Mas esto no fue así. Es que el Emma, el pibe que se hizo en la cantera verdinegra, el que esperó su momento, el que se ganó su lugar, experimentó en carne propia todo lo que ‘su gente’, la de San Juan, lo quiere. Ya había recibido el cariño con la consagración en diciembre como el ‘Deportista del año’ en San Juan pero ahora, Mas lo vivió desde adentro de la cancha. Desde que salió de vestuarios para iniciar el precalentamiento, Emma empezó a sentir el cariño del pueblo verdinegro. Sobraron aplausos, gritos de aliento y hubo respuesta del propio Mas quien agradeció el respaldo previo. Luego, cuando ingresaron los dos equipos, en la fila de saludos hubo un alto obligado para todos los futbolistas de San Martín para saludarlo. Llegó el momento del juego pero antes del pitazo inicial de Giannini, Mas se cruzó toda la cancha para ir hasta el banco de suplentes de San Martín y estrecharse en varios abrazos con ex-compañeros que eran suplentes, pero en especial con el cuerpo médico que encabeza Germán Vera y con los colaboradores del club. Jugando, Mas apareció muy abierto por su sector y pisando permanentemente el terreno rival. Con mucho recorrido para ser una de las opciones ofensivas, no lo buscaron tanto como a su colega Buffarini por la derecha. Hubo roces con Mauro Bogado, con quien se cruzó un par de veces y sobre los 21’ del primer tiempo, Mas se pasó en la marca y lo tocó a Pérez, motivando la primera tarjeta amarilla del partido para el defensor sanjuanino. Luego, se mostró algo más en el ataque pero no pesó todo lo que puede generar. En el complemento, San Lorenzo volvió a insistir en recostar su salida por la derecha, por lo que Mas quedó a la expectativa de que sorprendieran por su sector. Le llegó poco juego, aunque intentó ese paso ofensivo que le valió ser jugador de San Lorenzo.

Jugó, puso todo. Corrió como siempre aunque con otra camiseta. Un Mas auténtico que pasó por San Juan para recibir el afecto de su gente, esa que no lo olvida.