Al excampeón mundial Lucas Matthysse un solo y preciso gancho al hígado le bastó para noquear al hasta antenoche imbatido mexicano Roberto Ortiz, ratificar su seriedad y jerarquía, y desafiar públicamente al estadounidense Danny García, a quien trató de "gallina", por el título ecuménico, e inclusive sin el cinturón en juego si eso fuera necesario.
En la velada que se realizó en el US Bank Arena de Cincinnati, Ohio, Matthysse (63,050 kilos) al poner de rodillas por toda la cuenta en el segundo round al cuerpo y al espíritu del azteca Ortiz (63,200), obtuvo un cinturón que le queda chico, el plata superligero CMB, dado que tiene puños, corazón y profesionalidad de campeón ecuménico.
Matthysse, era consciente de que precisaba en esta cita de Cincinnati una certificación más de su implacable contundencia para acceder a una nueva chance mundialista y todo se simplificó pronto con una zurda neta a la zona hepática.