Cuando se terminaba de armar este proceso, en San Martín se habló de un refuerzo que venía de Boca Juniors. Era Mauro Dalla Costa, el goleador de la Reserva xeneize, quien por consejo personal del propio Carlos Bianchi -entrenador en ese momento- aceptó venir a San Martín a préstamo por estos seis meses. Llegó, se integró al grupo y alternó presencias en el banco de suplentes, hasta que en esta fecha 13 por fin se le abrió la chance de la titularidad. Sin Carlos Bueno lesionado y con el boliviano Gustavo Pinedo Zabala en la selección de Bolivia, Mauro enfrentó -curiosamente- al otro Boca, el de Corrientes. Buscó toda la tarde y recién en las primeras horas de la noche del lunes feriado pudo gritar su primer gol con la camiseta de San Martín. Recibió la asistencia de Quiroga, aguantó la marca de Moises, controló con la derecha y giró para su zurda, dejando sin chances a Garavano. Salió disparado hacia la Platea Este para festejar hasta quedarse sin garganta el gol, su gol. Ese que lo trajo a San Juan como su sello distintivo y que por fin se le dio.