Cuando peor está la relación del boxeador sanjuanino Mauricio Muñoz (17-2-0, 9 Ko) con el promotor Osvaldo Rivero, la última clasificación del Consejo Mundial de Boxeo, donde figura como noveno retador a la corona supergallo que posee el japonés Toshiaki Nisioka (35-4-3, 22 Ko), lo pone en el umbral de una posible chance opcional por el título de la categoría.
Muñoz, que desde hace bastante no es programado por el promotor con el que firmó un contrato hasta 2012, envió mediante la gestión del abogado y presidente del club Mocoroa, Fabián Martín, una carta a la Federación Argentina de Box solicitando la anulación del contrato por considerar que Rivero no cumplió con su parte.
En uno de los apartados el compromiso indica que el promotor deberá pagarle 6.000 pesos anuales, a razón de 500 mensuales (NR: una miseria) y que debe programarlo en cuatro combates al año. El boxeador no recibió nunca el dinero, porque se lo incluyó en las bolsas cobradas en las cuatro peleas (no ocho como debieran haber sido) que le organizó en el transcurso de 2008 y 2009.
La posibilidad que mediante la gestión de gente de San Juan, en donde estarían involucradas tres patas, una oficial, otra de una entidad no gubernamental y otra de la parte privada, permitirían al púgil desarrollar su trabajo de la manera más conveniente. Es decir dedicarse exclusivamente a entrenarse para boxear dejando momentáneamente sus labor de empleado en la empresa ECO-San Juan.
"¡Que lindo sería!", exclamó el boxeador que por sus turnos rotativos, muchas veces debe trabajar en horario nocturno y su entrenamiento pasa a segundo plano.
Una versión indica que existieron contactos con otro promotor, Mario Arano, para que se presente en los Estados Unidos.
Sea una, la chance de combatir por el título mundial, ante el japonés, como lo expresó Rivero a Carlos Gómez, presidente de la Agrupación Virgen de Fátima, o la de participar de alguna velada en los Estados Unidos, Muñoz necesita dedicarse de lleno a un oficio donde el éxito se apoya en una, no buena, sino excelente, preparación física
"Yo recibiendo el ingreso que tengo todos los meses de la empresa y con el permiso de su dueño, no tengo problemas en irme a Buenos Aires y entrenar medio año para mejorar", expresó el boxeador que es padre de dos hijos pequeños.
Por ahora Muñoz sigue en San Juan, tratando de entrenar todos los días, circunstancia que no es la ideal para un púgil con aspiraciones de combatir y ganar en una pelea por el título mundial.

