España, 20 de octubre.- Lleno de emociones. Lleno de goles. Un hat-trick de Lionel Messi. Y un Deportivo La Coruña, que aunque nunca dejó de luchar, dejó el Riazor con las manos vacías. Barcelona se impuso 5-4 como visitante para quedar como único puntero de la liga española, con 22 puntos, al menos hasta que este domingo juego el Atlético de Madrid, el único que puede alcanzarlo.

En un partido vibrante de principio a fin, el equipo de Tito Vilanova se encontró goleando demasiado rápido. A los 17 minutos, ya ganaba 3-0 por los goles de Jordi Alba (tras pase de Fábregas), Tello y Messi, quien había habilitado al delantero de la cantera catalana en el segundo y en el suyo recibió una pisada hacia atrás fenomenal de Cesc Fábregas.

Todo parecía muy simple para el Barsa. Hasta que los errores amenazaron contra su triunfo parcial. Primero, del árbitro Paradas Romero, quien le cobró mal una infracción en el área a Javier Mascherano (titular junto a Messi) y cobró un penal que Pizzi cambió por gol, a los 27 minutos. Y, segundo, porque diez más tarde, Valdés le regaló el segundo al local, cuando no pudo contener un remate de Bergantiños que parecía tener controlado.

En el peor momento del Barcelona, y a dos minutos del final, reapareció la dupla de Fábregas-Messi. El primero para habilitar y el segundo para marcar un nuevo gol, esta vez de derecha, y tranquilizar al equipo catalán con un 4-2. Pero en el arranque del complemento, a los 3 minutos, el Deportivo volvió a golpear con un tiro libre de Pizzi al palo derecho de Valdés, que se estiró pero no llegó.

Como si el 3-4 no hubiera sido suficiente golpe para el equipo catalán, dos minutos más tarde, Mascherano vio la roja por un codazo a Riki afuera del área. Pese al hombre de más, Deportivo no podía desequilibrar y el partido parecía liquidado. Salvo para Messi, quien ganó la pelota en el medio, encaró al área, enganchó y mandó un zurdazo potente para hacer el tercero de su cuenta personal y aumentar la ventaja a 5-3.

Pero nada había terminado aún. A los 34, Jordi Alba quiso rechazar y metió un gol en contra de su propio arco para el 5-4. Los últimos diez minutos del partido tuvieron a un Deportivo apostando al ataque pero sin efectividad. Y Barcelona, en las pocas que tenía, también lastimaba, sobre todo por los avances de Pedro. Pero los dirigidos por Vilanova sabían que arriesgar podía lastimarlos demasiado y por eso cerraron el partido y se fueron del Riazor con tres puntos importantísimos en un encuentro en el que comenzó con todo a favor y que, por errores propios, casi se le complica.