El juez que investiga al astro Lionel Messi por tres presuntos delitos de evasión fiscal cometidos en España, rechazó ayer las alegaciones presentadas por los abogados del jugador argentino, quien finalmente tendrá que ir a juicio.
La defraudación se deriva de la gestión de los derechos de imagen de la estrella del Barcelona y capitán de la selección argentina, y el monto asciende a 4,1 millones de euros.
El titular del juzgado de instrucción 3 de Gavá (Barcelona), Manuel Alcover Povo, consideró que “no queda acreditado” que Messi “estuviera al margen” de la gestión económica, contractual y tributaria de sus ingresos, algo de lo que se encargaba su padre, Jorge Horacio Messi.
La decisión se tomó contra el criterio de la Fiscalía, que el 17 de junio de este año pidió el “libre sobreseimiento” del crack rosarino y la continuación del proceso sólo contra su padre, al no apreciar indicios de delito por parte del futbolista.
El juez, en cambio, creyó que Messi “podría haber conocido y consentido la defraudación tributaria”, ya que estimar lo contrario es una apreciación “subjetiva”, según señaló en su escrito.
Además, recordó que para procesar al delantero “fue suficiente que existan indicios de comisión del delito sin que éstos hayan quedado plenamente acreditados”, algo que se determinará durante el juicio.
En julio, el juez instructor ya rechazó archivar la causa contra Messi bajo el mismo argumento que esgrime en su nueva resolución, que deja al crack rosarino a las puertas de sentarse en el banquillo de los acusados. “La plata la manejaba mi papá y yo confío en él”, dijo el astro al declarar ante los tribunales españoles en septiembre de 2013.