Se sabía de antemano que no sería sencillo. La diferencia de experiencia internacional a favor del campeón del mundo limitaban sus aspiraciones. Sin embargo, en base a coraje y bravura, Mauricio Muñoz lo peleó de igual a igual, lo confundió en un par de ocasiones e ilusionó a propios y extraños con una posible victoria que no se dio, porque al fin de cuentas, el boxeo es uno de aquellos deportes donde la lógica suele primar con respecto a los imprevistos.

Sólo en cuatro ocasiones boxeadores sanjuaninos pelearon por títulos mundiales. Goyo Peralta en 1964, cuando perdió por KOT con Billy Pastrano por el mediopesado AMB; Víctor Echegaray en 1972 y 73, primero robado escandalosamente en Honolulu cuando le dieron empate ante Ben Villaflor y después, derrotado en Japón por Kuniaki Shibata. El cuarto fue El Negrito, el pasado 8 de abril, en Kobe, Japón. Como sus antecesores tampoco pudo ser campeón, pero dejó bien sentado el prestigio de un boxeo sanjuanino que está lamiendo sus heridas y tratando de ponerse en pie con un triunvirato normalizador que pretende poner el barco en aguas favorables y tranquilas.

La consolidación de Fabián Orozco como un primera serie nacional y la serie invicta de Ezequiel Fernández y Segundo Senteno terminaron de conformar un balance positivo.