El fiel de la báscula se clavó en 57 kilogramos exactos. Ambos dieron tranquilos el peso pluma. En esos 153 gramos que les sobraron están encerradas las expectativas de dos gladiadores que tienen un objetivo común lograr la victoria que les permita ser considerados retadores oficiales a la corona de la FIB (Federación Internacional de Boxeo) que ostenta el australiano Willy Dib.

El sanjuanino Mauricio Muñoz, tiene más del doble de peleas profesionales 28 sobre 11. Pero el cubano Luis Franco sextuplica al local en el campo amateur 436, contra 70 contiendas.

Y, aunque los números dominen al mundo, en el boxeo tienen su valor pero distan mucho de convertirse en una ciencia exacta.

Así como El Negrito o Chuky Muñoz (25-3-0, 13 ko) tiene en su campaña una dignísima derrota con el japonés Toshiaki Nishioka, ocurrida el año pasado cuando le disputó el cetro supergallo del CMB; La Estrella Franco (11-0-0, 7 ko), no ha combatido con púgiles de la talla del nipón.

Tienen características disímiles. El cubano es un estilista zurdo que basa su estilo de pelea en la velocidad de traslación y combinaciones. En tanto que el sanjuanino es un peleador cada vez más pensante que apoya su boxeo en la presión constante.

Cada uno tiene una táctica distinta, pero en algún momento el boxeador deberá pelear, es lo que pretende Muñoz y el peleador deberá pensar. Quien esté más lúcido y fuerte mentalmente para aprovechar su instante será quien vuelque la pelea a su favor. Muñoz contará con el apoyo de todo un pueblo que lo empujará con su aliento a la victoria.