Cruzó la raya con los brazos en alto y la alegría reflejada en su rostro. Impuso su ley de velocista en un grupo de ocho hombres que le sacó 18 segundos de ventaja al pelotón donde arribaron todos los, considerados, a prima facie, candidatos. Nicolás Naranjo, el pibe de 21 años, cumplidos el pasado 10 de julio, el que vive en calle Las Delicias, a un par de cuadras del Club Sportivo Rivadavia se daba el gusto de regalarles a sus vecinos y regalarse para él, una linda alegría.

La competencia, organizada por el Cicles Club La Bebida contó con un pelotón enriquecido por la presencia del primer equipo continental argentino, el “San Luis Somos Todos” y tuvo un desarrollo intenso y atractivo.

Después de varios intentos de fuga abortados por el enjambre multicolor, al ingresar al cuarto giro se consolidó una escapada de cuatro hombres que llegaron a tener 1m20s con respecto al pelotón. el neuquino Alejandro Quilci (Mardan Coach), el puntano Cristian Martínez (San Luis Somos Todos) el jachallero Emilio Rodríguez y el marplatense José Astiasarán (Individuales) trabajaron a destajo y fueron estirando las diferencias. Una caída sufrida por Quilci y Martínez mientras transcurría el noveno de los 15 giros diseminó a los líderes. Astiasarán y Rodríguez quedaron de cabeza, Quilci a 20 segundos y desde atrás se acercaba un grupo de cinco corredores que se habían desprendido del pelotón: Nicolás Naranjo y Pedro González (P.Lago/Mun.Rawson), el jachallero Juan Capdevila y el riojano Elio Olivera (Mardan/Coach) y el tucumano Alvaro Argiró (Casa Lista/SEP).

Los ocho se reunieron al comenzar a transitar la undécima vuelta y la distancia con respecto al pelotón se estiraba y acortaba en el orden de 1m10s a 1m40s. Los representantes de la Municipalidad de Pocito, que no pusieron ningún hombre en la fuga eran los que más trabajaban con Luciano Montivero, el bonaerense Juan Pablo Dotti y Ricardo Julio. Al quedarse Martínez y ver que la cosa no les convenía también pasaron a tirar los pedaleros puntanos dirigidos por Ramón Sánchez.

Al ingresar al penúltimo giro, cuando restaban 15 kilómetros de carrera los ocho de arriba llevaban 1m45s de distancia. Los de atrás venían lanzando humo y tocando pito como una locomotora, pero los punteros dejaron hasta el último aliento para llegar con una luz de ventaja.

Las especulaciones del final permitieron que al ingresar al giro final la diferencia se achicara a 49 segundos. Era demasiada como para que se produjera la neutralización. Que hubiera tres hombres de un conjunto (Mardan/Coach), dos de otro (P.Lago/Mun.Rawson) y que los otros tres compartiesen la ambición de culminar la etapa coronando la aventura con una luz de diferencia imposibilitó que la frenética persecución diera sus frutos. En el final hubo lógica pura. El embalador que estaba a sus anchas como en el patio su casa no perdonó.