Mucho oficio, un poquito de fútbol y un rival demasiado flojo, le sirvieron a Newell’s Old Boys para irse de Avellaneda, tras empatar 0-0 con Racing Club, como el único puntero del Torneo Inicial. El partido fue malo de principio a fin, pero Newell’s consiguió lo que fue a buscar por una única razón: sabía lo que le convenía y cómo conseguirlo. En cambio, Racing, a pesar de las tres victorias consecutivas que arrastraba, sabe lo que necesita, pero no tiene la más mínima idea de cómo alcanzarlo.
Cuando en el primer minuto de juego y en la primera jugada del partido Javier Cámpora hizo estrellar la pelota en el travesaño todos presagiaban un período inicial con Racing lanzado al ataque, apretando contra su campo a Newell’s. Pero nada de eso sucedió. A Newell’s le sirvió de poco manejar la pelota porque en la medida que se iba acercando a la valla de Sebastián Saja perdía sorpresa y justeza.
En el segundo tiempo, Racing intentó adelantarse en el juego, pero al igual que en los primeros 45 minutos no tuvo ni un conductor ni tranquilidad para manejar la pelota y superar así a la defensa de Newell’s.
Ante ese panorama, Newell’s continuó sintiéndose cómodo. Siguió teniendo el patrimonio de la pelota, especialmente cuando pasó por los pies de Pérez, pero ni aún viendo lo endeble de Racing se decidió a ir en búsqueda del triunfo. En tiempo adicionándolo pudo ganar Racing, cuando Vietto empalmó de zurda una pelota que quedó en el área visitante y la tiró por arriba del travesaño. Segundos después de que Racing no aprovechara el regalo de Newell’s, el árbitro Patricio Loustau pitó el final y le bajó el telón a un partido para el olvido.

