ÍDOLO. Vincenzo Nibali es la máxima bandera italiana para quedarse con el Giro. El "Tiburón del Estrecho", que está noveno a 1m44s de Roglic, duda de la capacidad del esloveno en la alta montaña.

En una nota publicada ayer por la Gazzetta dello Sport el siciliano Vincenzo Nibali apretó llave de la presión para hacerle sentir al esloveno Primoz Roglic, máximo favorito y escolta del italiano Valerio Conti en la general, que no le será fácil ganar la presente edición de la "corsa rosa".

En el hotel del Bahrain-Merida donde recuperaba fuerzas con sus compañeros en el día de descanso, el apodado "Tiburón del Estrecho" recordó que Roglic debe demostrar que ha tapado "algunas lagunas" que ha venido mostrando en la montaña. "No me ha sorprendido que empezara así de fuerte", contó sobre el contrarrelojista esloveno. "Ya se lo había visto en muy buena forma en el Tour de Romandia que fue un terreno favorable para él, que con las cronos pudo para marcar diferencias" expresó.

Para luego contar una experiencia vivida junto a quien es considerado "el candidato" para ganar la gran carrera italiana: "Algunas veces lo he visto que tiene lagunas en las subidas y habrá que comprobar si las ha tapado", dijo Nibali. También recordó el italiano que tras caerse él en L"Alpe d"Huez durante el Tour del pasado año, hizo la ascensión con el esloveno a rueda "y hubiera estado bien que me relevara, ya que me había dado un gran golpe en la espalda, pero no lo hizo nunca".

Nibali confía en los escaladores que han perdido tiempo: "Le atacarán". La referencia la hizo con respecto al colombiano Miguel Ángel López, al inglés Simon Yates y al español Mikel Landa.

Simon Yates ya lo tiene más que claro: "No he estado trabajando durante casi un año entero para rendirme ahora". "La jornada de descanso sirve para cerrar heridas y reponer también la mentalidad", coincidieron ambos.

Hoy se disputará la décima etapa, 145 km entre Ravenna y Modena.

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