En la década del ‘60, invariablemente, la formación de Boca que daban los relatores radiales, empezaban con su nombre. ‘En el arco, con el número 1, Antonio Roma’. Fue grande en una época de grandes arqueros. Se adueñó del arco del Xeneize y tras su figura hicieron banco grandes arqueros como Néstor Martín Errea y Rubén Sánchez. Mientras Roma era dueño del arco boquense, Errea, jugó en tres años, sólo 7 partidos y Sánchez, en cuatro años, un total de 11.

Su nombre estará siempre ligado al título logrado por Boca en 1962, cuando el “Tano” Roma, luego apodado “Tarzán” por los fanas del club de La Ribera, le atajó el penal a Delem (ver aparte) y le dio a su equipo la posibilidad de sacar, faltando dos fechas, la diferencia necesaria para quitarle a River (con el que había llegado igualado en puntos hasta esa instancia del certamen), la posibilidad de coronarse.

Nacido en Villa Lugano, el 13 de julio de 1932, comenzó su campaña deportiva en Ferro Carril Oeste, entidad en la que debutó en 1955. Cuatro años más tarde, en 1959, junto a Silvio Marzolini, su amigo de toda la vida, pasó a Boca, en la época en que un fanático empresario del negocio automovilístico, Alberto J. Armando, comenzaba a delinear un equipo, al que luego llegaron los brasileños Orlando y Valentim y hasta el Nene Sanfilippo, que dominó el decenio más oscuro de la historia de River, su acérrimo adversario que entre 1957 y 1975 no dio ninguna vuelta olímpica.

De físico robusto, muchos le decían “Gordo”, Antonio Roma impuso un estilo de arquero atajador con vuelos espectaculares para atenazar la pelota entre sus manos y ganar espacio en las páginas de los diarios del lunes porque, siempre, antes y ahora, una imagen que eterniza el esfuerzo supremo del guardameta para capturar el más preciado botín, sigue “vendiendo” en el criterio de los editores y en la elección de los lectores.

Los años ‘60 se caracterizaron por muchos cambios en el mundo, desde la aparición de The Beatles, hasta la llegada del hombre a la Luna, a nivel mundial, transmutada a nuestros logros nacionales con la época del Club del Clan y la aparición de los Torino. En esa década coexistieron, y compitieron, arqueros magníficos de grandes cualidades y personalidad que fueron figuras en sus equipos: Amadeo Carrizo en River, Miguel “Pepe” Santoro en Independiente Agustín Mario Cejas en Racing, Carlos Butticce en San Lorenzo, Alberto Poletti en Estudiantes, Hugo Gatti en Atlanta. Entre ellos, que marcaron época en cada uno de sus clubes, Antonio Roma brilló con luz propia.

Con Boca Juniors ganó los Campeonatos de 1962, 64 y 65. La Copa Argentina y los Nacional de 1969 y ‘70, en los que enfrentó a los sanjuaninos Sportivo Desamparados y San Martín. En la Selección, fue suplente de Rogelio Domínguez en el plantel de los “Carasucias” que ganaron el título sudamericano en Lima y luego atajó en dos mundiales.

Con Antonio Roma, fallecido ayer a los 80 años, se fue un pedazo grande de la historia del viejo y glorioso fútbol argentino.

Un repaso por la carrera del gran Antonio Roma.

Entrevista de los alumnos del Deportivo Antonio Roma, a 50 años del penal de Delem.

Entrevista de Canchallena.com a Antonio Roma.

Boca Campeón Argentino 1962: Roma le ataja el penal a Delem, de River.