La brillante cosecha de medallas conseguida por los nadadores de la Asociación Sanjuanina de Triatlón y de Ausonia en el Argentino de Cadetes y Juveniles que terminó ayer en Mar del Plata es el fruto del trabajo que vienen haciendo cada uno de los jóvenes apoyados por sus entrenadores y padres. Al menos tres días, de todas las semanas, se despiertan en el agua. En esas jornadas de triple entrenamiento, que comienzan a las 5, en su primera sesión, que se prolonga al mediodía, luego del retorno de la escuela y que culmina a las 20, realizadas con admirable convicción, se apoyan todos estos logros.
Es verdad que relucen los cuatro oros conseguidos por Felipe Vargas, los tres de Rosario Finemore, ambos con presente de selección nacional y que sorprende gratamente el de Rodrigo Greco, pero lo que realmente hay que valorar es la cantidad de pruebas finales (los ocho mejores) en las que hubo nadadores sanjuaninos.
Antes, hace no mucho tiempo, cuatro o cinco años atrás lo de San Juan en natación era participativo. Sin ánimo peyorativo, inexistente a nivel nacional. Hoy la natación sanjuanina es mirada con respeto. Ahora se va a competir y en ese ámbito lo más importante es lo que viene empujando desde abajo. La base de la pirámide se ensanchó en cantidad y calidad.