Con autoridad, convicción y determinación, Oscar Fabián Orozco (20-2-2, 7 Ko) batió antenoche, en Esquel, Chubut, al rionegrino Diego Sañanco (17-13-4, 5 ko), en el combate de semifondo de la velada que tuvo como pelea estelar la victoria categórica (KOT 4) de la argentina Mónica “La Gata” Acosta (19-0-2, 4 ko) sobre la colombiana Darys Pardo (25-12-3, 20 ko), reteniendo el título mundial superligero CMB.

El púgil sanjuanino, de 27 años, actual campeón latino de la OMB (Organización Mundial de Boxeo) y la FIB (Federación Internacional de Boxeo), fue clara de principio a fin. Orozco se paró en el centro del ring desde el tañido de la primer campana y desde allí mandó controlando la distancia con su jab izquierdo. Sañanco, de estilo aguerrido y frontal trató de conectar sus manos y chocó con la cerrada guardia del sanjuanino que en ese primer capítulo trabajó, con aplomo, de distinta manera. Primero anticipó y marcó el terreno. Después se abroqueló en defensa, dejó agrandar al adversario y trabajó sobre sus manos. Cuando se cumplían 2m28s de esa primera vuelta, un recto de derecha de Orozco impactó sobre la mandíbula de Sañanco quien perdió el equilibrio y apoyó una rodilla en tierra.

Después de ese round de apertura ganado con total amplitud, Orozco trabajó a gusto y placer, tomándose el tiempo suficiente para elegir la calidad y cantidad de sus envíos ante un oponente que, salvo un derechazo largo que conectó, a los dos minutos del tercer asalto, en un cruce de ambos, no pudo hacer mucho.

Los tres jurados vieron ganar al “Noni” Orozco: Gabriel Tavella 59-55,5; Basilio Flecha 58-55, y Fabián La Paz 60-53,5. La última tarjeta es la que más se ajusta a la realidad (tarjeta de DIARIO DE CUYO: 60-53) porque en ningún momento del combate el patagónico tuvo un momento de dominio tal como para adjudicarse un round. Posiblemente influyó la localía, tal vez se castigó demasiado el estilo lento, pero efectivo, del sanjuanino. Lo cierto es que da toda la sensación que Orozco se emplea según sea el grado de exigencia de su adversario. El viernes le alcanzó con la autoridad para ejecutar un plan de pelea, con la convicción de que lo suyo es efectivo y con la determinación de aquellos que se saben superiores y actúan en consecuencia.