En la que fue su novena pelea en el campo rentado, el supergallo sanjuanino Oscar Fabián "Noni" Orozco (55,1 Kg), demostró que tiene pasta, pero que todavía está en un proceso de aprendizaje normal a esta altura de su carrera. Antenoche, en el ring del club Julio Mocoroa, ante escasa cantidad de espectadores, derrotó por puntos en fallo unánime al campeón chileno de los gallos, Guillermo Dejeas (54,7 Kg).
La pelea fue controlada siempre por el boxeador local, más grande de envergadura que su adversario y más fuerte. Su potencia marcó diferencias ante un rival que apeló a todo su oficio -y mayor experiencia- para dejar en evidencia que Orozco deberá corregir algunos defectos, si pretende en un futuro no muy lejano aspirar a una chance por algún título con posibilidades ciertas de ganarlo.
La actitud y determinación del "Noni" para ganar el medio del cuadrilátero y su confianza para descargar metralla sobre su oponente fueron sus mayores virtudes, más allá de que por momentos se empecinó en tirar a la cabeza y se olvidó de los ganchos zurdos, a la zona hepática y ascendentes, frente a un hombre que girándo la cintura lo dejaba fuera de distancia se regalaba a la mano corta.
La ansiedad de conseguir una victoria categórica le jugaron en contra a Orozco, que recibió algunas manos innecesarias. En los momentos favorables, se ahogó tirando y tirando, olvidándose que para llegar con claridad es necesario generarse los espacios con las piernas, dando un paso atrás o al costado para observar el blanco y descargar con mayor precisión ahorrando energías y optimizando su ataque.
De todas formas, a la hora del balance, pesan más las facetas positivas propias de un peleador interesante, que deberá mejorar en el gimnasio su técnica de traslación para no hacerse tran previsible.

