Esta vez fue sin sufrimiento. Con una postal totalmente distinta a los penales ante Colombia. La Selección argentina pasó nuevamente de fase y logró el objetivo de sacar pasaje para la final. Pero analizando las claves fundamentales para la victoria del seleccionado argentino, aparece una virtud: la calma. Lo había adelantado Martino en la semana que en esta clase de partidos era fundamental mantener la tranquilidad y en todo sentido. Porque anoche, toda la atención estaba centrada en lo que pudiera incidir el arbitraje del brasileño Sandro Ricci. Por eso las advertencias del entrenador para sus dirigidos, sobre todo para los que llegaban con cinco amarillas. Estar concentrados los 90 minutos era una de las claves y ellos cumplieron en gran parte.
Los goles de Marcos Rojo y Javier Pastore le dieron esa paz que hacía falta en Argentina para manejar las riendas del juego. Pero claro, Paraguay también tuvo lo suyo y sobre todo se apoyó en la garra y la virtud de ir al frente. Producto de eso, el desequilibrio en ese sentido llegó en el final del primer tiempo, cuando el seleccionado paraguayo fue con todo en búsqueda del encuentro, que justamente llegó en la recta final de la primera etapa cuando la Selección argentina cometió un error tras un saque de Romero que la defensa tampoco pudo resolver y lo pagó con gol. El golpe lo sintió Argentina, porque desde ahí (43’) hasta que terminó esa etapa, sufrió con los remates de Barrios y Bobadilla. Ambos fueron un acierto del técnico argentino Ramón Díaz, que también tuvo su mérito en esa levantada guaraní. El riojano los había mandado a la cancha en reemplazo de Derlis González y Haedo Valdéz, se la jugó y le cumplieron en parte, porque fue Argentina la que terminó pidiendo el tiempo para irse a los vestuarios. Ahí, en el entretiempo, Martino actuó. Repetir lo hecho la primera hora, parecía ser la fórmula para mantener el triunfo. Y sus dirigidos entendieron al pie de la letra la lección. Lo demostraron de arranque, siempre teniendo como ideador a Lionel Messi, Ángel Di María aumentó la ventaja cuando apenas iban 2’ y el “Fideo” aumentó a los 7’. Después los goles del “Kun” Agüero y el “Pipita” Higuaín, sólo sirvieron para decorar una goleada que los metió en la final de la Copa que disputará el sábado ante Chile.
Fue diferente a los demás encuentros. Fue el mejor encuentro del equipo de Martino. Porque anoche Argentina, tuvo la producción necesaria y la efectividad justa que lo llevó a marcar seis goles, teniendo como figuras a Pastore y Di María.
En el debe quizás, quedan las ganas de que Messi marque goles. El crack rosarino asistió perfectamente a sus compañeros, pero sigue sin poder marcar. En esta Copa marcó un único tanto y de penal. Claro, la esperanza es que a Lio le lleguen los goles en la final. ¿Será?

