Tras haber ganado títulos en ocho categorías distintas, haber acumulado millones en su cuenta bancaria y haber iniciado una prolífica carrera política, el filipino Manny Pacquiao todavía encuentra motivaciones para entrenarse y subir al ring, para deleite de los fanáticos de todo el planeta, que lo veneran sin distinción de nacionalidades convirtiéndolo en el máximo ídolo del boxeo actual. Sin poder concretarse aún el esperadísimo choque contra Floyd Mayweather Jr., el rival de turno este sábado en el MGM Grand Garden Arena será "Sugar" Shane Mosley, quien a los 39 años ya no posee aquella velocidad y habilidad que le sirvió para reinar por mucho tiempo en las categorías welter y superwelter.

Para colmo, ni siquiera muestra triunfos contundentes recientes que certifiquen su posición de privilegio como retador al boxeador "que todos quieren enfrentar", sino que por el contrario su última victoria fue en enero de 2009, ante el azteca Antonio Margarito.

Simplemente la velocidad, de golpes y piernas, que posee Pacquiao le serán suficientes para mantener bajo control a Mosley e incluso soñar con un nocaut o una detención del referí en los últimos asaltos, algo que sería histórico porque nadie ha logrado acabar antes de lo previsto con el californiano en ninguno de sus 54 combates profesionales.

"Entrené duro para esta pelea. Estoy al 100 por ciento", confesó Pacquiao. "A Mosley no se lo debe subestimar. Es un buen peleador. ¿Creen que es viejo? No lo es. Se mueve como un tipo de 32 o 31 años. Su velocidad de manos y pies sigue siendo buena", agregó, quien es favorito en las apuestas (5 a 1) para esta pelea.