Hace 31 años llegó a San Juan traído de la mano del fútbol. Su primera escala fue Atlético Alianza que en ese 1988 se preparaba para un Regional y Omar Flores aceptó la propuesta de venir a defender el arco Lechuzo sin saber que eso le cambiaría la vida. Se vino a San Juan para no irse nunca más pese a que hubo una ausencia de unos cuantos años en el medio cuando pasó por el fútbol de Chile y cuando se radicó en Buenos Aires. Pero para el Oso, San Juan sería especial y aquí armó su familia. Aquí, fue papá y hoy, por esos avatares de la misma existencia, Omar está viviendo el duelo de un matrimonio que se terminó y en paralelo, el doloroso trance de haber perdido hace menos de dos meses a su mamá. En ese trance está y el mejor refugio que pudo encontrar son sus hijos (Macarena, Sol y Felipe). Vive por y para ellos pero no pierde las raíces con el deporte, especialmente con el fútbol. Hoy, Omar confiesa que le duele el momento de indefiniciones en Desamparados y que espera que rápidamente se vuelvan a acomodar las cargas. Pero toda esa preocupación desaparece cuando rememora el año deportivo que vivió la provincia con los ascensos de San Martín, Desamparados, el título de UPCN, la inauguración del estadio del Bicentenario, la Copa América, la Copa Argentina y varios sucesos más. Eso lo disfruta y pretende que el 2012 que se avecina sea aún mejor.

"Fue un año sensacional para el deporte sanjuanino. Ver subir a San Martín, a Sportivo, tener a las selecciones de América, disfrutar de un estadio como el que tenemos. Todo eso hace que sea un año inolvidable para todos. Esperemos que sea el camino para seguir creciendo porque lo merecemos. El apoyo del Gobierno a través de una excelente política deportiva merece su reconocimiento y seguramente lo que viene será mejor. Es un año para sentirse orgulloso de ser sanjuanino", cerró Omar Flores.