El fútbol despierta expectativas en cualquier lugar del mundo. Sea en el Camp Nou con Messi como figura estelar, en la Bombonera esperando las genialidades de Riquelme o en el Pedro Perez Martin de Rodeo con sus tribunas para 700 espectadores. Ayer la capital iglesiana por varias horas mutó su tranquilidad habitual por las medidas preventivas tomadas por la Policía provincial. Los restaurantes ubicados en la calle Santo Domingo tenían sus puertas cerradas. Los comerciantes no podían vender bebidas alcohólicas en los kioscos y almacenes. Por donde se transitara se veían jóvenes ataviados con los colores de San Martín y Sport. Los hinchas albardoneros fueron ubicados detrás del arco del este, donde no había gradas y los locales en la popular sur. Ambas hinchadas extendieron su colorido en muchas banderas y durante el partido no hubo inconvenientes. Al final, cuando ya expiraba el tiempo reglamentario minúsculos grupos de ambos bandos se trenzaron en un cruce de piedras que motivó la suspensión momentánea del juego y luego el pitazo final de Raúl Lemos

La pasión obnubiló a algunos y lo que fue durante 89 minutos una fiesta trastocó en un cierre fallido. Con los hinchas del campeón dejando el estadio sin posibilidades de compartir con sus jugadores la fiesta.