El pedido de Darío Forestello en la conferencia de prensa post partido pidiéndole a sus jugadores el último esfuerzo, pinta la realidad de este San Martín que ayer, en el último juego de local, superó 2-0 a Estudiantes de La Plata, salió de la zona de descenso y quedó en la puerta de conseguir la permanencia en Primera División. Que se definirá la semana que viene en el Monumental, ante River, en la última fecha, sabiendo que de ganar habrá más San Martín en la elite.

Por eso el enorme festejo de ayer, porque cumplió con su obligación y quedó en la puerta del éxito. Y todo, porque ante el Pincha dio un paso gigante a la salvación, que tendrá en la última fecha el premio que se merece, o la injusta condena por la entrega, lo que juega, y porque ganó su 4to. juego consecutivo.

Estudiantes fue la presa de un Verdinegro que está derecho, sin fisuras, que sabe a qué juega y cómo, y que cuando tiene un espacio, convierte. Cualidades que son la bandera de esta esperanza, que de tener continuidad el próximo fin de semana, la hazaña será realidad.

Ayer arrancó dominando, siendo preciso, manejando la pelota. Y no por tener la obligación de la victoria, sino porque es su estilo. El mismo que pregona desde que llegó Forestello y que por primera vez salió de la zona de descenso y mandar allí a Argentinos, el rival directo con el que definirá quien se queda, dado que ayer Independiente descendió (ver páginas 54 y 55).

El partido tuvo un quiebre pasando el primer cuarto de hora. Porque mientras el cabezazo de Martínez dio en el palo ante el asombro de Ardente, un puñado de minutos después San Martín pegó. A los 19’, Jorge Luna sacó el remate a rastrón, de media distancia, pegado al palo y se le metió por abajo a Rulli, quien llegó a San Juan con el rótulo de imbatible.

El dominio territorial, la recuperación de Alderete y Affranchino, más la claridad de Luna fueron un signo distintivo de San Martín, que pegó y no como Estudiantes que apostó a las subidas de Angeleri y la descarga en Zapata.

Con el 1-0 arriba, en el complemento San Martín cuidó el resultado. Se apoyó en la solvencia de los centrales Ledesma y Landa, y como el Pincha no supo cómo resolverlo, fue cauto, pudo ampliar con el disparo cruzado de Bolaños o el frentazo de Luna que sacó Rulli. Pero lo sentenció a los 34’ y otra vez con Penco, como ante Belgrano. El “Motoneta” se la robó a Schunke y definió cruzado. Con la astucia y calidad de un goleador.

Allí volvió al calma, Schunke reventó el travesaño. No era para alarmarse, porque San Martín ayer salió decidido y triunfó. Dio un paso gigante a la salvación y ante River se jugará la vida.