Los tres partidos-exámenes que rindió Diego Maradona como DT de la selección argentina de fútbol los aprobó ante el paladar del hincha argentino y no solamente porque los haya ganado. Por más que él mismo dijo en octubre pasado cuando asumió en el cargo que se reía de los que dudaban de sus cualidades por no tener experiencia, lo cierto es que no era unánime la confianza a su nuevo desafío, por más que siga siendo indiscutiblemente el ídolo máximo del fútbol nacional.
El debut fue triunfo por 1 a 0 en el amistoso ante Escocia, de visitante, y eso que no jugaron Messi, Riquelme o Agüero, entre otros. Luego fue el turno de medirse, en otro amistoso, con una verdadera potencia como es Francia y el 2 a 0 en Marsella, hacía que el viento siguiera siendo a favor.
El partido del sábado, ante Venezuela, tenía el condimento que se trataba de un partido por los puntos. Por más que el fútbol cambió y que la Vinotinto viene creciendo y ya no es la Cenicienta de las Eliminatorias, el orgulloso hincha argentino piensa que, todavía hoy, debe haber por lo menos 3 goles de diferencia entre Argentina y Venezuela. Y el equipo de Maradona hizo 4. Está bien, el último contó con la complicidad del arquero venezolano, que se tiró como si estuviera en el partido homenaje al Kun Agüero. Pero ese fue el cuarto y vale lo mismo para las estadísticas.
Luego de ese cuarto gol, al partido todavía le quedaban casi 20 minutos que sirvieron para que ese Monumental repleto de gente se transformara en un canto de felicidad en las tribunas. Se corearon los nombres del propio Diego, de Mascherano, de Messi, y así,los que pagaron la entrada se fueron como si hubieran estado en un recital que había levantado mucha expectativa, y no los defraudó.
Esta confirmación de amor con la gente no es un dato menor para Maradona, porque sabe que así sigue dejando callados a los que todavía no terminan de creerle o los que en el divorcio que impuso Riquelme, se quedaron con el enganche. Su presencia también despierta el mayor de los respetos adentro del plantel, que ya demostró su fuerza al sacarle el respaldo a Basile y no tuvo más remedio que armar las valijas.
Mientras el mundo siga hablando que gana la selección de Maradona, las ofertas para jugar nuevos amistosos seguirán apareciendo continuamente por AFA. A 15 meses del próximo mundial, la selección seguirá cotizando en alza en el concierto mundial.
Por lo pronto, pasado mañana aparece otra prueba, un poco más exigente que la anterior. Bolivia no es tampoco una potencia, pero la altura de La Paz mete miedo a cualquiera. Maradona ya demostró, con estos dos partidos, que no está casado con un sistema táctico, sino que diseña según el rival. Del 4-4-2 en los primeros dos amistosos, pasó al 3-4-3 anteayer, y todo indica que nuevamente jugará con un 4-4-2 ante Bolivia, pero con una salvedad. No estará Jonás Gutiérrez. ¿Seguirá Tevez o entrará Di María? Jugadores de distintas características, por lo que el funcionamiento general tendrá retoques.
El resto del fixture también muestra varias dificultades. A priori, los más accesibles parecen ser Colombia y Perú, que deberán jugar en el Monumental. A Ecuador habrá que visitarlo en la altura de Quito, al puntero Paraguay, en Asunción y a Uruguay, que siempre pelea en el borde de la clasificación, en Montevideo. Con Brasil será de local, pero es un clásico.
De todas formas, los pasos que viene dando Maradona le van dando el respaldo para seguir trabajando como más le gusta. Todavía no sufrió ningún aplazado y el crédito crece.
