Boca Juniors venció a Milan por penales, como pasó en la final Intercontinental de 2003, luego de igualar 1 a 1 en los 90 minutos reglamentarios, y se quedó con el tercer puesto de la Copa Audi, que se jugó en Munich y en la que el local Bayern Munich fue el campeón. Y otra vez el gran protagonista fue el Pato Abbondazieri, quien contuvo los remates de Pirlo y del brasileño Pato.

En el tiempo normal de juego, Milan se puso en ventaja a través de Thiago Silva (27’PT) mientras que Lucas Viatri marcó la igualdad (41’ST).

El técnico Alfio Basile largó con un equipo diferente al del debut, con el debut de Adrián Gunino sobre el lateral derecho, la reaparición de Gabriel Paletta y sólo repitió al Pato Abbondanzieri.

La primera etapa careció de ritmo, porque del lado de Boca, Marino y Gaitán estuvieron desconectados, no le entregaron ninguna pelota ‘redonda’ a Pablo Mouche y Lucas Viatri y así los argentinos carecieron de profundidad.

Por el lado de Milan, Ronaldinho ratificó que no es el mismo de otros tiempos y Borriello dejó una buena impresión con su movilidad por los costados, que no pudo aprovechar Pato.

Las limitaciones no le impidieron al Milan ponerse en ventaja, tras un tiro de esquina de Ronaldinho que le quedó en los pies a Borriello, quien remató cruzado y encontró a Thiago Silva para empujarla en el área chica.

La única llegada del equipo de Basile en la etapa inicial, donde le cedió la pelota al rival y careció de sorpresa en todos los sectores del campo, fue un remate de Juan Krupoviesa, a los 38′.

Por eso Basile movió el banco en el complemento para poner a algunos nombres de su equipo ideal. Dispuso el ingreso de Insúa y Battaglia por Marino y Forlín para manejar por más tiempo la pelota.

Después, Riquelme -ovacionado por los espectadores- reemplazó a Gaitán y enseguida generó algo diferente con una acción individual.

Boca dejó espacios cada vez que perdió la pelota y a los 23 minutos los italianos pudieron ampliar la ventaja en el marcador si no fuera por la figura de Abbondenzieri.

Advirtiendo esta situación, Basile hizo ingresar al chileno Gary Medel para un mediocampo más combativo en lugar de Chávez, quien fue de mayor a menor en su rendimiento.

Cuando Boca mostraba una mejoría, Insúa desbordó por izquierda y envió un centro preciso a la cabeza de Viatri para estampar el 1-1 y obligar a la definición desde los puntos del penal. Y desde allí llegó la hora del Pato Abbondanzieri.