Es la hora de jugar desde las 20. Es lo que tendría que haber importado siempre en la vida de Peñarol que después de una escandalosa resolución de una pretemporada que mezcló denuncias cruzadas, pedidos de suspensión, resoluciones oficiales y hasta la última palabra del Consejo Federal de AFA que blanqueó todo y oficializó el proceso de Cuevas y el nuevo ciclo de Cristian Bove. Con ese panorama y casi a contra reloj, Peñarol viajó a La Pampa con todo por resolver. Con varios nombres con oficio como Pablo Costi, Diego Pave y Reinaldo Alderete, el Bohemio tratará de hacer pie en una categoría que no perdona nada. El nuevo formato del Federal A dividió a los 36 protagonistas en cuatro zonas y Peñarol está dentro de la Zona B junto a los mendocinos Huracán Las Heras, San Martín, los puntanos Estudiantes y Juventud Unida, Atenas de Río Cuarto y Ciudad Bolívar. El primer gran objetivo es meterse entre los 4 primeros de la zona para avanzar a los Play-off mientras que el último de cada grupo perderá la categoría.

En Peñarol, el clima no es el mejor. Convulsionado en lo institucional, con Oscar Cuevas legitimado en los papeles pero con un frente opositor que lo tuvo contra las cuerdas y no lo quiere al frente del club, hoy es el momento del fútbol. Enfrente estará Ferro de Pico, un equipo que Alexis Matteo apostó a una formación sin grandes nombres pero consolidado en la propuesta. Los objetivos de Verde de La Pampa no difieren demasiado de lo que Peñarol quiere.