Fue triunfo aunque exagerado en las cifras sobre Sportivo Arbol Verde que no supo reponerse de su primera expulsión y menos aún del mazazo que fue el polémico primer gol bohemio de Alejandro Brizuela. Ese momento fue clave porque se inclinó definitivamente la balanza en favor de Peñarol, después de un pobrísimo primer tiempo en el que sobraron las infracciones y por ahí, apareció la mala intención.
En el complemento, el técnico de Peñarol, Raúl Morel, acertó con el cambio de Sebastián Ríos por Salla. Ahí, ganó profundidad y mejoró el funcionamiento ofensivo del local que empezó a llegar. Dos veces la tuvo José Gutiérrez, dejado del arco pero no supo definir. Arbol Verde se había refugiado para la contra pero a los 15′ se quedó con uno menos por la expulsión del pibe Ovalle. Esa desventaja desdibujó el planteo de Murúa y el Verdolaga empezó a aguantar el partido más que a jugarlo. A los 25′. Peñarol encontró el gol en una jugada polémica donde apareció demasiado solo Brizuela y dos compañeros más. parecía offside pero el juez lo cobró. Con la ventaja a su favor, el Bohemio creció y cinco minutos después sentenció la historia con una avivada del pibe Molina que definió con categoría. A los 35′, Sebastián Ríos tuvo premio para su aporte al convertir el penal que le cometieron pero dos minutos después se fue expulsado por exceso verbal. Arbol verde ya no tenía para más y Peñarol sabía que la racha adversa ya era historia.