El primer coliseo de la provincia de semejantes dimensiones es en comparación con sus siete "colegas" de la Copa América uno de los más pequeños, y al mismo tiempo de los más modernos.

El estadio sanjuanino, que en el mes de julio albergará los encuentros Uruguay-Perú y Chile-México (ambos el 4 de julio, por el Grupo C) y posteriormente un cruce de cuartos de final (17 de julio), está en el quinto lugar respecto a la capacidad, con 25.000 personas sentadas (y un máximo de 35.000) en comparación a los de las ocho sedes. La cancha de River, con 66.500 butacas, es la de mayor capacidad (allí se jugará la final de la Copa), mientras que el Padre Ernesto Martearena de Salta tiene 20.500 (es el más pequeño de todos).

Pero el estadio sanjuanino es el segundo en cuanto a innovación. Es el más nuevo respecto a su estructura (si bien se inaugura, aún no está finalizado: le restan detalles, entre ellos las líneas telefónicas, pantallas fijas, entre otras), cuenta con tecnología de avanzada que lo dejan como escolta del Único de La Plata, que es uno de los más modernos de Latinoamérica y el único techado de Sudamérica. De las otras sedes, la salteña es la que se construyó para el Mundial juvenil de 2001, mientras que las demás son del siglo pasado: las canchas de Colón de Santa Fe, Gimnasia de Jujuy y River, y los estadios mundialistas de Mendoza y de Córdoba.

El estadio sanjuanino es la estructura principal de un nuevo complejo deportivo de 18 hectáreas, que todavía debe construirse en una segunda etapa.

La iluminación será de primer nivel, por cuanto se prevé una media de 2000 lux, que posibilitará transmisiones televisivas HD (alta definición). Las instalaciones están distribuidas en 5 pisos.