Ayer hubo una marca registrada que marcó el camino para los goles que le dieron el triunfo a San Martín. Y tuvieron que ver con pelotas detenidas, con centros precisos, y cabezazos certeros para hacer de esas jugadas, la fórmula de tres de los cuatro goles que anotó el equipo de Daniel Garnero.

Primero José Vizcarra y luego Deivis Barone en los dos últimos gritos pusieron la testa en el momento justo para ubicar la pelota en el lugar exacto. Pero además hubo otro común denominador y es que esos tres goles se gestaron con el centro que envió en todos los casos el lateral Cristian Alvarez.

El gol que abrió el clásico a los 11’ partió de un centro del capitán Verdinegro, para que el “Chino” Vizcarra “peinara” la pelota y lograra su primer tanto en San Martín.

La tercera conquista, sobre los 35’, tuvo el mismo ejecutor, para que el “Animal” Barone le sacara varios centímetros a su marcador y con la fuerza de un zapatazo convertir. En tanto que el grito del triunfo, fue similar, pero esta vez Barone no le dio con tanta fuerza pero si abajo y con la complicidad del rival que no pudo evitar que entrara. Salvo el segundo gol, que fue con el pie de López, todos los demás llegaron de cabeza.