Cuando quiso tomar el micrófono previo el partido, su voz se quebró y sólo se escuchó un "’estoy muy emocionado”. Con esa frase "’El Bruja” Carlos Molina (55 años) sintetizó lo que sintió ayer en cancha de Desamparados, donde su círculo de amigos decidió organizarle el encuentro benéfico como éste "’crack” de la redonda se merece, debido a su grave estado de salud. Dicen los que lo vieron nacer futbolísticamente, que los dotes los tuvo siempre. Era el arma del equipo, la voz de mando, el que creaba la jugada, ordenaba al equipo y encima hacía goles. Símbolo y figura. Con neta vocación ofensiva y que resaltó siempre con la camiseta que se calzó.

Ayer tantos honores tuvieron también su homenaje, ese que siempre hay que hacerlos en vida, cuando el agasajado puede compartir un rato más, emocionarse, disfrutar, y las tantas sensaciones que un jugador de fútbol vivenció a lo largo de su carrera. Eso sucedió, donde "’El Bruja” tuvo "’su” partido tras una extensa carrera en la provincia y Mendoza, con paso por Chile, el llamado de Boca que no se cerró por el costo de su pase y la convocatoria truncada por lesión en la Selección Argentina.

Por su enfermedad (un cruel cáncer), ayer no pudo jugar, pero sentado al costado de la cancha, entre medio de sus familiares, vio como las viejas glorias del fútbol, que conformaron la selección sanjuanina y la mendocina se enfrentaron por un fin común: ayudar económicamente a Carlos en su lucha por la vida.

Muchas fueron las estrellas que dieron el presente. Por San Juan estuvieron: Gato Rodríguez, Pepe Bravo, Polaco Sarmiento, Antonio Ruades, Domingo Pugliese, Chicha Ortíz, Cuqui Castro, Mono Vargas, Beto Ortíz, Omar Flores, Carlitos Rodríguez y Miguel Jofré (presidente de Desamparados). Mientras que por Mendoza jugaron: Eduardo Avellaneda, Pedro Fópolí, Jorge Godoy, Cachavacha Pérez, Mario Moyano, Julio Flores, Marcelino Blanco, Alejandro Lemos, Oscar Fornari, Amadeo Gasparini, Lucas Godoy, Federico Godoy y Jorge Bustos.

Los ojos puestos en la pelota, el beso con los invitados que no pudieron jugar pero que llegaron hasta el estadio puyutano, el grito de "’vamos Bruja” desde la tribuna, y la foto que todos se quisieron sacar con él, fueron una moneda constante y una postal repetida en Molina. Aquel que comenzó en el viejo Los Andes para de allí pasar a Independiente Rivadavia que se llevó su magia hacia Mendoza. Y fue en la provincia vecina donde se ganó el apodo del "’Puma”, allí vistió, entre otros, los colores de San Martín, Gimnasia y Maipú. En San Juan jugó también en Desamparados (equipo del cual es hincha) y Peñarol (allí se retiró a los 35 años).

Ayer en una muestra de agradecimiento por la calidad de persona, sus amigos, compañeros y hasta rivales que tuvo en San Juan y Mendoza le dijeron "’sí” a la vida y a la idea, que más que un partido homenaje, tuvo un fin benéfico, para ayudar a "’El Bruja” con los gastos de su enfermedad (la entrada costó $5).

Al final, se retiró aplaudido, ovacionado, como cuando las canchas tuvieron el placer de ser pisadas por él. Un grande, de esos que la historia difícil repetirá. Un dotado. Genio del fútbol al que hay que agradecerle eternamente por tantas Brujerías.