Adentro. Matías Garrido infla la red con su derechazo para el triunfo. El volante celebró con todo el tanto y se lo dedicó a su futuro hijo. (Fotos: Marcos Urisa)

"No es fácil la situación en la que estamos pero este grupo nunca se rendirá. Jamás". Matías Garrido le puso durante la semana en estas palabras el cuadro de realidad a Desamparados, de cara a las cinco "finales" que le quedaban en el Federal A. Y en la primera de ellas, el víbora tuvo el triunfo que necesitaba tanto para darle realidad a la ilusión de poder zafar del descenso. Porque aunque terminará la fecha en la última posición de la Zona Sur, los tres puntos en Pocito ante un limitado y amarrete Sol de Mayo, sirven de mucho. El penal de Matías Garrido cuando el partido se encaminaba a un nuevo empate del puyutano (hubiera sido el 12do en la campaña) le abre otro panorama. No le saca la angustia que seguramente dirá presente hasta el final, aunque sí le permite tomar confianza sabiendo que en una semana la historia será igual de exigente cuando visite a Independiente, en Chivilcoy.

La tensión le jugó muy en contra a Desamparados en la etapa inicial. Saber que lo único que servía ayer era ganar, lo maniató. Solo así se entiende como pases entre compañeros de menos de cinco metros terminaban en un rival o directamente afuera del campo de juego. Esta vez no había forma de "culpar" el mal estado del campo de juego. Era la ansiedad por querer hacer el gol y no poder, toparse con esa falencia que le está costando tan caro: la falta de gol. Un dato: el víbora es el equipo con menos tantos anotados de la zona con 19; en 13 de los 28 partidos que afrontó no convirtió. Esa carencia de puntería se evidenció en los primeros 45" cuando Velázquez quedó en el borde del área y su remate salió débil a las manos de Maza. La visita, casi nada como para honrar el quinto puesto de la tabla.

En ese contexto, el complemento fue todavía más tensión. Aunque desde el banco Dillon intentó darle soluciones al equipo que parecía dentro de su habitual laberinto de impotencia. Así, luego de la media hora, llegó el desborde del ingresado Ceballos y la (polémica) mano cobrada a Elgorriaga, que sin VAR no admite mayores discusiones. Garrido asumió la responsabilidad como el capitán que es y con un derechazo infló la red. Desahogo total en el Bicentenario. La ecuación la había destrabado finalmente el víbora. En un típico partido del que hace el gol gana, Desamparados se acomodó para sufrir los últimos minutos. Se metió, acaso, demasiado atrás, pero aguantó sin mayores sobresaltos. Incluso, con un hombre de más por la roja a Salazar tras su patada en la cara a Dilelo, quien perdió el conocimiento en principio y debió ser llevado en ambulancia a un sanatorio para un mejor control. No mucho más. Tres puntos y a soñar, que, dicen, no cuesta nada...


 

REPERCUSIONES

  • Dillon: "No había otra alternativa"

 

Intenso. Laureano Puñet, defensor de Sportivo, busca el balón en el suelo ante la presencia de un rival de Sol de Mayo.


El DT de Desamparados, Ricardo Dillon vivió el partido con su ADN de intensidad a pleno. A veces, excesivo, pero con las pulsaciones a mil sabiendo que ayer su equipo se jugaba buena parte de la ilusión por salvarse. "Hoy (por ayer) no había otra alternativa que ganar.

Lo hicimos jugando por momentos bien y como nos gusta, pero los tres puntos nos sirven para tomar confianza y encarar las cuatro finales que restan, que serán igual de duras", puntualizó el DT, quien tuvo más de un cruce verbal con sus pares de Sol de Mayo durante el partido de máxima tensión en Pocito.

Por su lado, Matías Garrido, auto del tanto de la victoria, sintetizó que "es le premio al esfuerzo y al no rendirnos nunca. Había mucha tensión y nervio,s pero siempre intentamos. Sabíamos que ellos nos iban a esperar y pudimos abrir el partido finalmente".

Mientras que el volante, Pablo Jofré, quien regresó a la titularidad ayer, subrayó que "hay que seguir por este camino. Con estas ganas y sabiendo que mientras las cuentas nos den, no vamos a bajar los brazos nunca".