Era una de las pocas materias pendientes que le quedaban a Desamparados en el Argentino A: superar a Estudiantes en Río Cuarto. Y ayer saldó esa deuda de manera agónica con un tanto de Miguel Guirado a los 41′ del complemento para traerse la primera alegría del estadio del Celeste. Como extra, los tres puntos le sirvieron para quedarse solo en la cima de la zona 2 del Argentino A. Además, en la fecha siguiente viene al Serpentario nada menos que Talleres de Córdoba, seguramente ante una multitud.
Sportivo tuvo un arranque interesante en la Docta. Controló el balón a partir de la movilidad de Garrido y sólo le faltó la puntada final. Tuvo el control del balón la mayoría de los primeros veinte minutos, pero no lo tradujo en peligro para el local. Estudiantes de a poco comenzó a lucharle la posesión y creó algunas jugadas peligrosas. Por ejemplo, el remate de Rodríguez a los 28′ que salió apenas desviado y el disparo de Tambussi en media hora que sacó Aguiar. El equipo de Tempesta asustó con un mano a mano de Lamberti en 34′ que tapó rápidamente el arquero Mancinelli.
El trámite del complemento favoreció a Estudiantes que se adueñó del balón y el campo. Pese a ello fue Reinoso quien marró un gol clarísimo promediando la etapa cuando definió mal ante el uno cordobés. Desde entonces, el Pincha arreció en su dominio. Carrizo a los 28′ metió un frentazo que parecía gol, pero el capitán Aguiar lo impidió. En el rebote, Tambussi, también con su frente, la tiró algo alta. Al toque, Maxi López remató fuerte y cruzado, pero Del Cero llegó justo al cruce para mandarla al córner. Con ese contexto de dominio de Estudiantes, el empate sentaba bien para Desamparados. Tempesta hizo ingresar a dos pibes de la cantera puyutana como Ceballos y Guirado. Fueron ellos los protagonistas del grito agónico del víbora: la armó Santiago y habilitó con un centro perfecto al Toti, quien de cabeza estampó la alegría sanjuanina para el 1-0. Luego, llegó el momento del aguante y el tiempo del festejo por la primera victoria en Río Cuarto, hasta ayer un territorio prohibido para el víbora.

