El fútbol, como la vida misma, da tantas vueltas que las historias que enlazan sentimientos, desafíos, logros y conquistas se repiten. Son historias de vida misma y un luchador de mil batallas como Ricardo Horacio Dillon vuelve a ser el gran protagonista. Lejos de San Juan, de Argentina, de sus afectos, el Flaco hizo lo suyo. Llegó en silencio en junio a Riobamba cuando el Centro Deportivo Olmedo se jugó por su contratación. Fue sin ayudante de campo, sólo con el profe chileno Fabián Benegas como referencia. En ese momento, los hinchas de Olmedo navegaban en la medianía de otra temporada sin expectativas. Ya habían pasado la primera rueda de los 44 partidos de la temporada y estaban lejos. Novenos, para ser más exactos. A una eternidad de los puestos de ascenso. Dillon llegó, metió su impronta y los resultados empezaron a aparecer. Llegó a estar primero en las posiciones pero luego perdió terreno y hoy recuperó la regularidad con 9 fechas sin derrotas, 71 puntos, la tercera posición más que consolidada y con el plus de que este domingo en Olmedo, de local y a estadio lleno, recibirá a la Liga de Loja -penúltimo- con la opción de perder hasta por tres goles para volver a Primera después de 10 años en el ascenso.

"Fue un desafío. Salió esta chance de Ecuador y era jugársela. Se dio, empezamos lejos de la punta pero fuimos encontrando regularidad. Creo que ese es el secreto porque en un torneo de 44 fechas hay que buscar eso. Tengo cuatro extranjeros: los delanteros Arnaldo Gauna que es paraguayo y el chileno Carlos Sosa, el defensor Angel Viotti y el sanjuanino Federico Paz. Se armó un buen grupo y hoy estamos muy cerca del ascenso. Nos ayudó la reformulación de la Liga de Primera en Ecuador que amplió de 2 a 4 ascensos y este domingo hasta perdiendo podemos subir’.

 

"Es un momento muy especial. Olmedo es uno de los grandes y hacía una década que estaba en Segunda División".

 

 

Ajeno a lo futbolístico, la adaptación a la vida en Riobamba no fue sencilla para Dillon: "Lo que más me costó creo que fue la alimentación. Después, todos muy amables y en el club siempre me han facilitado todo para poder acomodarme al estilo de vida de Ecuador. Yo regreso a San Juan la próxima semana y habrá que ver qué deciden los dirigentes. Fue un proceso corto y si ascendemos, estar en Primera será otra historia. Lo bueno es que demostramos que se puede ir a hacer cosa importantes afuera del país’.