En Chilecito, La Rioja, el fin de semana pasado el cielo se tiñó de azul. El azul de las camisetas de los chicos sanjuaninos que participaron con destacado éxito en el Campeonato Argentino Juvenil, torneo en el que se quedaron con el medallero final luego de ganar siete medallas: Tres de oro, tres de plata y una de bronce. Julio Cortez, doble campeón nacional en contrarreloj y pelotón de la categoría 1995 y Matías Malla, campeón argentino en categoría 1998, fueron los acorazados del equipo que dirigió técnicamente Armando "Planeta" Ramírez.

Los dos provienen de familias numerosas, de hogares humildes y laburantes. Ambos, en su adolescencia, comparten el sueño que alguna vez acuñaron Oscar Villalobo (ídolo de Cortez) y Emanuel Saldaño (ídolo de Malla). Ellos, junto a Enzo Nome (categoría "97 que no tuvo un buen torneo) son quienes por sus victorias resaltan de un grupo grande de jóvenes que son el futuro del ciclismo sanjuanino.

El zondino Cortez, el mayor, que es ayudado por el Sindicato de Empleados Públicos, no tiene bicicleta y corrió con un cuadro marca Colner prestado por Florentino Casivar y con las ruedas que le cedió Fernando Castro. "De esa manera ganamos 2,5 kilogramos a nuestro favor", comentó su padre Pedro, quien fue ciclista intersindical y corrió la última "Calingasta" que ganó Alberto Bravo, en 1994.

El capitalino, Malla, menor, que tiene el apoyo de Forjar Salud, cuenta con la bicicleta Mérida que el año pasado utilizó Daniel Zamora y que su padre Juan Ricardo adquirió haciendo un gran esfuerzo.

Los dos van al colegio, Julio cursa tercer año en la "Gerónimo Luis de Cabrera" de su Zonda natal. Malla asiste al sexto año en la escuela Capital Federal, de su querida Villa del Carril.

A la hora de contar sus victorias, coincidieron: Corrieron siempre de cabeza. "Yo hice la última de las seis vueltas (10,2 Km) sólo, escapado", explicó Cortez. "Yo sabía que debía llegar bien ubicado al embalaje porque ahí impondría mi fuerza", contó Malla.

Ambos son hinchas de River y cuando juegan a la pelota les gusta ser número "9". Escuchan a Dadde Yankee y les gusta ver televisión. Y, entre sus sueños acunan uno que los pinta de cuerpo entero: Ganar la Vuelta de San Juan.