Un solo rugbier sanjuanino integró el plantel de los Pumas en un Mundial mayor de la IRB (Internacional Rugby Board). Fue Martín Schusterman en el campeonato de 2007 desarrollado en Francia, ese que quedará en la historia como -hasta ahora- el logró máximo de un seleccionado nacional de rugby, al conseguir el tercer puesto, luego de vencer al local por 34 a 10, el 19 de octubre de ese año en el mítico estadio de Parque de los Príncipes. Y mañana el extercera línea regresará para jugar en la provincia participando del aniversario de la cancha del Club Alfiles, integrando el seleccionado de Los Pumas Classic.

Martín, "Cuta" para todos en el ambiente, empezó su idilio con el rugby en la escuelita de la Universidad, bajo la dirección técnica de su tío, Guillermo Quevedo (actualmente vice presidente de la Unión Argentina de Rugby). Sin embargo, por cuestiones familiares, cuando tenía ocho años de edad, se radicó en Buenos Aires. Y selló a fuego en su pecho los colores del SIC. En el San Isidro Club se forjó como hombre y convirtió en un jugador de exportación. Que luego continuó su campaña en clubes ingleses, lo que le permitió adquirir el ritmo y la experiencia como para ser convocado por Marcelo Lofredda a esa Copa del Mundo histórica.

Y, si bien no jugó mucho tiempo en San Juan, para Martín volver a su tierra natal es motivo de alegría. "Cuando me invitaron los Classic ni lo dudé. Me puso muy contento saber que podría jugar en San Juan", explicó quien hoy, a los 37 años, divide su tiempo entre su trabajo, relacionado con el diseño de imágenes, y la responsabilidad de entrenar a la Asociación Deportiva Francesa, de Pilar.

Schusterman integró el plantel que ganó el Mundial de la categoría, hace dos años en Bermuda. "Es un motivo de orgullo, siempre representar al país y fue muy grato disfrutar con mis compañeros el título conseguido en 2011", dijo quien arribará hoy, muy temprano a la provincia, junto a la mayoría de plantel que participará mañana del encuentro amistoso ante San Juan Invitación XV.

"Los Classic tienen una base de jugadores fijos y suman invitados en cada partido como el que jugaremos en la cancha de Alfiles. Cuando mis obligaciones me lo permitieron los acompañé. Es muy agradable recibir el afecto y el cariño de la gente", explicó quien antes de Francia 2007, había representado al país, en el Mundial Seven de Hong Kong 2005.

"Reencontrarme y compartir equipo con excompañeros y rivales, es muy lindo. Además, el solo hecho de saber que seremos parte de un festejo tan importante como el de la inauguración de la cancha de Alfiles, nos motiva para brindar un buen espectáculo", dijo, para luego confiar que tratará de ocupar lo mejor posible el tiempo para compartir con sus familiares y amigos durante este fin de semana.