El público del Racing Club ya estaba de fiesta ayer desde antes de que comenzara el juego y su equipo redondeó una noche perfecta con una muy buena producción colectiva y un triunfo por 2-0 sobre un Boca Juniors que fue haciéndose sencillo por las facilidades que dio el adversario, y que inclusive pudo haber sido más amplio. Luciano Vietto y Luis Fariña, secundados por Rodrigo De Paul y por Adrián Centurión, le dieron a Racing muy buena circulación de pelota en ataque, aunque les faltó ser más directos en la resolución de varias acciones como para aumentar la cuenta de goles. El partido comenzó jugándose muy lejos de los arcos, con mayor posesión de Boca, que tuvo una oportunidad en el minuto 11, cuando Nicolás Blandi recibió de frente al arco un rechazo apresurado de Matías Cahais y remató desviado sobre palo izquierdo. En el minuto 20, Rodrigo De Paul ejecutó un tiro libre desde la derecha y, en el amontonamiento de jugadores de los dos equipos, Guillermo Burdisso de cabeza venció su propia valla y puso en ventaja a Racing.
A partir del gol creció el equipo de Avellaneda, que pudo haber aumentado a los 29, con un centro de De Paul que Centurión cabeceó muy alto; a los 34, con un tiro libre de De Paul desde la izquierda que se cerró y pasó apenas por encima del travesaño y, a los 35, con una acción individual de Fariña finalizada con un remate que controló Oscar Ustari. Apenas comenzó el segundo período una corrida de Fariña derivó n una visible mano intencional de Burdisso dentro del área y el correspondiente penal lo transformó en gol Sebatián Saja con un violento zurdazo alto. Desde entonces fue todo de Racing, que pudo haber goleado a los 8 con al menos cuatro situaciones claras de gol. Boca sólo contó con una posibilidad y fue en el minuto 17, después de una falla de Claudio Corvalán, con corrida de Juan Manuel Martínez y envío que rebotó en el poste izquierdo.
En el tramo decisivo la impotencia del equipo de Carlos Bianchi se reflejó en varias infracciones y, a los 41, Matías Caruzzo se fue expulsado por recibir su segunda amonestación. El partido a esa altura ya estaba terminado y el espectáculo seguía solamente en las tribunas de Racing.

