Debió esperar bastante Racing en este verano para celebrar su primera victoria, pero valió la pena. Es que el triunfo inicial de la Academia en este 2012 llegó en el clásico de Avellaneda frente al poco querido Independiente. Fue anoche, en Mar del Plata, por 1-0 con gol de Gabriel Hauche (luego se fue expulsado) para quedarse con la copa con el nombre de La Feliz y cerrar su preparación de cara al Clausura siendo el dueño del barrio.
La etapa inicial resultó claramente para un Racing que tuvo en Gio Moreno a su gran conductor. De hecho, el colombiano estuvo cerca de marcar en un par de ocasiones. Primero a los 22’ cuando metió una excelente diagonal, pero su potente remate se fue apenas desviado. A los 33’ volvió a inquietar la Academia, en este caso con un frentazo de Cáceres tras un córner que exigió al máximo a Gabbarini. Otra vez al toque fue Moreno el que provocó riesgo en el arco del Diablo, en este caso con un frentazo del colombiano que salió afuera. Eran momentos donde Independiente parecía perdido en la cancha, sin nadie que marcara el ritmo o pudiera hacerle frente a un Racing que tenía muy claro por dónde atacar a su eterno rival. La primera y única clara del parcial para el equipo de Ramón Díaz se dio a los 37’ cuando Parra quedó solo ante Saja, luego de recibir un gran pase de Defederico, pero su demora en el remate permitió el cruce.
El complemento tuvo las mayores emociones, pero no sólo por el juego, sino también por los golpes que se dieron en el clásico. A los 13’ Hauche pudo abrir el marcador, pero su toque salió arriba del travesaño incluso con Gabbarini ya vencido. Pero a los dos minutos, el Demonio tuvo la revancha y esta vez no la dejó pasar luego de un preciso pase gol de Moreno. Después de eso se dieron las polémicas. Primero con el árbitro Pezzota expulsado erróneamente a Milito, por un supuesto planchazo a un rival. Mientras que un par de minutos después fue Hauche el que vio la roja, en su caso por una patada sin pelota a Velázquez. En los minutos finales, además de la roja a Godoy, no hubo casi jugadas de riesgo y Racing se llevó su alegría bien merecida.

