La pelota dobló y voló más rápido, por el fuerte viento dominguero. Y el que mejor lo aprovechó fue Arbol Verde, que cuando más arreciaba el Sur, tuvo una ráfaga de gol y en un minuto convirtió dos, para luego manejar y aumentar la diferencia y ganarle por 4 a 2 a Desamparados. Fue realmente un buen partido, porque no se jugó mezquino y hubo seis goles para todos los gustos: de cabeza, jugada, pelota parada y hasta una verdadera joya de tiro libre directo de Gonzalo Ochoa, de Desamparados.
El resultado fue justo, porque Arbol Verde tuvo picos altos de rendimiento individual y un mejor juego colectivo. Sacó provecho del viento a favor en el primer tiempo y supo aprovecharlo en contra en el complemento, con un rival que dejó muchos espacios para tratar de descontar el marcador.
El partido tuvo una figura, que fue el defensor Emanuel Funes, atento en el fondo y más despierto en ataque, para anotar dos goles. A su vez, otro de buen rendimiento fue el delantero Marcelo Vega, quien peleó todas y tuvo su recompensa en el complemento.
Desamparados estuvo desordenado, nunca se sintió cómodo con el viento y la cancha. Y los descuentos fueron dos golazos de pelotas paradas; sin dudas que el mejor fue el de Ochoa, quien cruzado y fuera del área metió un pelotazo al ángulo.
En un fútbol local que no siempre entrega buenos partidos, el de ayer fue como para irse con la sensación de que la entrada estaba bien pagada.